17/10/24

Alternativa Ending: La Voy a Necesitar

 Eren: (Sirviendo bebidas a todos) "Bien, Sasha, ¡bienvenida a nuestra humilde morada! No es el cuartel del Cuerpo de Exploración, pero nos hemos apañado."

Sasha: (Sonriendo emocionada) "¡Gracias, Eren! No puedo creer que tengan cangrejo y alcohol. Este mundo definitivamente tiene sus ventajas... ¡Oh, y las frutas de aquí son increíbles!" (Come mientras habla).

Historia: (Riendo suavemente) "Estoy feliz de que hayas aceptado nuestra invitación, Sasha. Sabía que te encantaría."

Megumin: (Se acerca con un vaso en mano) "Así que... ¡eres otra reencarnada también! ¿Aqua te trajo aquí también?"

Sasha: (Asiente con energía) "Sí, hace... ¿cuántos años fue ya? Me ofreció reencarnar con una habilidad especial. No podía negarme. La puntería perfecta ha sido bastante útil, aunque nunca imaginé que terminaría aquí."

Aqua: (De pie con una bebida en la mano, ya algo mareada) "¿Eh? ¡Yo también la reencarné a ella! Vaya, al final soy más importante de lo que creía." (Ríe sin mucho control).

Sasha: (Sorprendida) "¿Te llevaste a Aqua contigo por accidente, Historia?"

Historia: (Algo avergonzada) "Sí... digamos que fue un malentendido. No sabía que las diosas podían ser tan despistadas."

Aqua: (Pone una expresión ofendida, pero sigue riendo) "¡Oye! Eso es... ¡eso es injusto!"

Darkness: (Borracha, apoyándose en la mesa mientras coquetea torpemente con Eren) "Eren... deberías considerar... que me mude aquí también... así las misiones serán... más eficientes... o lo que sea..." (Ríe de forma torpe).

Eren: (Suspira con resignación) "Darkness... no es necesario que te pongas coqueta solo porque hemos bebido un poco."

Darkness: (Sonrojada y aún más torpe) "Es que... tú... me das miedo... ¡Y eso es lo que me atrae!" (Casi grita, causando que todos la miren sorprendidos). "He tenido... fantasías... contigo, Eren... en las misiones... siendo maltratada..."

Eren: (Levantando una ceja, en voz baja) "Dios, ¿qué demonios está diciendo ahora?"

Historia: (Riéndose, aunque tratando de no mostrarlo) "Darkness siempre ha sido... intensa. Ya deberías saberlo, Eren."

Eren: (En sus pensamientos) He investigado a Darkness... ella es en realidad Lalatina Dustiness Ford... hija del gobernador Ignis Dustiness Ford. Es millonaria en secreto. Solo se volvió aventurera porque la vida de rica le aburría... Torpe, terca y masoquista, pero la necesito para vencer al Rey Demonio... por sus influencias políticas y presupuesto...

Darkness: (Moviendo la cabeza en señal de aprobación, borracha y seductora) "¿Verdad que sí, Eren?"

Eren: (Suspiro pesado y resignado, luego mira a Darkness por un momento y, antes de que pueda pensarlo demasiado, le da un beso).

Darkness: (Sonrojada, sorprendida, pero felizmente acepta el beso) "Oh... Eren..." (Cierra los ojos, emocionada).

Historia: (Sorprendentemente sonriente) "Eren, me alegra verte... feliz."

Megumin: (Con la boca abierta) "¡E-esto es inesperado! ¡Pero de alguna manera lo apruebo!"

Aqua: (Casi se cae de la silla, riendo y señalando a Eren y Darkness) "¡Increíble! ¡Eren, el temible, se ha ablandado!" (Bebe otro trago).

Sasha: (Riendo entre dientes, aunque un poco confundida) "Vaya, parece que las cosas se pusieron... ¡interesantes!"

Eren: (Se sienta en la mesa con una mano en la cabeza, visiblemente agotado) "Ugh... ¿por qué pensé que comer cangrejos y beber tanto alcohol era una buena idea?"

Historia: (Le ofrece un vaso de agua, con una expresión compasiva) "Creo que nadie pensó mucho anoche... Aunque, supongo que nos lo merecíamos después de lo del Destructor."

Aqua: (Aún medio dormida, con la cabeza sobre la mesa) "No quiero volver a beber nunca más... Pero... ¿por qué lo digo si sé que lo haré de nuevo?"

Megumin: (Con los ojos entrecerrados, frotándose las sienes) "Quiero explotar esta resaca. Pero luego, tendría que soportarla el doble..."

Darkness: (Sentada en silencio, ruborizada, mirando fijamente su plato de comida sin tocarlo) Dios mío... el beso... ¿De verdad pasó o solo fue un sueño borracho?

(El ambiente está cargado de incomodidad mientras el grupo se sienta a desayunar en completo silencio, cada uno lidiando con la resaca y los recuerdos vagos de la noche anterior).


(Momentos después, en privado)


Darkness: (Aproximándose tímidamente a Eren, con las manos entrelazadas y la cara aún ruborizada) "Eren... ehm, podemos... ¿hablar un momento? En privado."

Eren: (Mirando a Darkness con sus habituales ojos cansados y pesados) "Claro." (Se aparta del grupo y camina hacia un rincón).

Darkness: (Respira hondo, claramente nerviosa, con una expresión de vergüenza que no suele mostrar) "Sobre... lo de ayer..." (Baja la mirada, como si todo su atrevimiento habitual hubiera desaparecido).

Eren: (Suspira, cruzando los brazos) "El beso, ¿verdad?"

Darkness: (Asiente con la cabeza rápidamente, aún sin mirarlo) "S-sí... Yo... yo no sé lo que... siento, y tampoco esperaba que... tú..." (Su voz se desvanece, incapaz de terminar la frase).

Eren: (Mirándola fijamente, como si ya no le importara) "Mira, Darkness. Si quieres iniciar una relación, hazlo. Ya estoy demasiado decepcionado de la vida como para preocuparme por eso."

Darkness: (Mirándolo con sorpresa, sus ojos se agrandan) "¿Qué... qué estás diciendo?"

Eren: (Encogiéndose de hombros) "Si quieres estar conmigo, adelante. No me voy a complicar la vida. Ya he vivido demasiadas cosas. Si eso es lo que quieres..." (Habla con una indiferencia que desarma a Darkness).

Darkness: (Quedándose en completo shock, su corazón late rápido mientras sus pensamientos se confunden) ¿E-esto está pasando de verdad? ¡Dios mío! ¡Esto es... como mis fantasías...! (Pero luego frunce el ceño, decepcionada al mismo tiempo) ... Aunque... esto no es como imaginaba...

Darkness: (Con voz temblorosa) "E-eren... esto no es... exactamente lo que esperaba... Yo... pensé que... bueno, tú serías más... fuerte conmigo... no sé..." (Se ruboriza más, sin poder explicar sus fantasías masoquistas).

Eren: (Ladea la cabeza y la observa detenidamente) "¿Esperabas algo diferente? Darkness, no soy tu muñeco para cumplir tus fantasías."

Darkness: (Traga saliva, aún sin poder creer lo que está ocurriendo) "No... no, es solo que..." (Suspira) "Olvídalo. No sé qué estaba esperando. Quizá algo más... intenso desde el principio."

Eren: (Alza una ceja) "Si quieres algo intenso, te diré esto: ahora mismo, lo único que puedo ofrecerte es dar una vuelta por Axel y hablar de la vida. Las relaciones... aprendí algo sobre ellas en mi vida pasada, pero no me importan tanto como antes."

Darkness: (Aún en shock, pero sin poder negarse) "¿Dar una vuelta...?"

Eren: (Empieza a caminar) "Sí. Vamos. Te escucharé si quieres hablar, pero no esperes mucho más que eso. Al menos no por ahora."

Darkness: (Aún confundida, pero siguiéndolo) ¿Esto... está ocurriendo? ¿Acabo de pedir una relación... y ahora estoy caminando con él como si fuéramos... una pareja normal? ¿Esto es lo que quería...?


(Durante su paseo por Axel)


Eren: (Caminando a su lado, sin hacer contacto visual) "Sabes, Darkness... No siempre fui así. Tenía esperanzas. Quería cambiar el mundo. Quería ser... un héroe, creo."

Darkness: (Mirándolo, sorprendida de que se esté abriendo emocionalmente) "¿De verdad? No... no te imagino así."

Eren: (Asiente lentamente) "Sí. Pero ya no soy ese tipo. Las cosas cambiaron. Perdí a demasiada gente... y ahora solo quiero... cumplir con lo que queda."

Darkness: (Lo escucha en silencio, algo conmovida por su tono) "Eren... yo... lo siento. No imaginaba que..."

Eren: (La interrumpe) "No te disculpes. Es solo la verdad. Si quieres estar conmigo, Darkness, puedes hacerlo. Pero quiero que sepas que no soy el tipo de hombre que crees que soy."

Darkness: (Se queda en silencio, su corazón latiendo rápido) ¿Debería... continuar con esto? Él es exactamente lo que imaginaba... pero, al mismo tiempo... es más de lo que pensaba...

Eren: (La mira de reojo) "Entonces, ¿qué vas a hacer, Darkness?"

Darkness: (Sonríe suavemente, todavía algo ruborizada) "Creo que... me quedo contigo, Eren. Pase lo que pase."

Eren: (Le devuelve una ligera sonrisa, casi imperceptible) "Bien. Entonces sigamos caminando. Hay mucho por lo que hablar... y mucho por enfrentar aún."

(La celda de la prisión de Axel, horas después del arresto)


Eren: (Sentado en el suelo de la celda, con los brazos cruzados, la mirada fija en la pared) Malditos guardias... cómo se atrevieron a tocarla... (Eren frunce el ceño mientras piensa en la pelea que tuvo con los guardias para defender a Historia).

Historia: (Suspira desde el rincón opuesto de la celda, abrazando sus rodillas) "Eren, esto es un desastre... Lo siento tanto. Si no hubiera pedido que teletransportaran esa maldita manatita..."

Eren: (Gruñe) "No es tu culpa, Historia. Era necesario para destruir al Destructor. Si alguien tiene la culpa, son ellos... los gobernantes corruptos que permiten que estas cosas pasen." (Aprieta los puños, enfadado, recordando cómo se metió en la pelea con los guardias cuando intentaron arrestarla).

Historia: (Baja la mirada) "Aún así, teletransportar explosivos es ilegal, y ahora estamos aquí... No me imaginaba que la explosión terminaría en la casa de Alexei Barnes Alderp. El gobernador de Axel debe odiarme."

Eren: (Con una risa seca) "Déjalo que lo haga. Me importa una mierda lo que piensen de nosotros esos bastardos. Si intentan hacer algo, no dudaré en...".


(En ese momento, los pasos de los guardias resuenan en el pasillo de la prisión. La puerta de la celda se abre, y una figura familiar aparece ante ellos.)


Darkness: (Con una expresión seria, pero con un leve rubor en sus mejillas) "Eren. Historia. Vengo a sacarlos de aquí."

Eren: (Levanta la mirada, sorprendido) "¿Darkness...? ¿Cómo demonios...?"

Historia: (Se pone de pie rápidamente, visiblemente aliviada) "¡Darkness! ¿Cómo lograste que nos soltaran?"

Darkness: (Desvía la mirada un segundo, claramente incómoda) "Bueno... usé mis influencias. Mi apellido todavía significa algo en este reino." (Hace una pausa, bajando la voz) "Pero... hubo una condición."

Eren: (Frunce el ceño) "¿Qué condición?"

Darkness: (Suelta un suspiro profundo antes de mirarlos a ambos) "El gobernador Alexei Barnes Alderp está furioso por lo que pasó. Su casa quedó destruida por la explosión... y aunque pude negociar para que los liberaran, me exigió algo a cambio."

Historia: (Mirando a Darkness con preocupación) "¿Algo a cambio...? Darkness, ¿qué fue lo que pediste?"

Darkness: (Tensa la mandíbula) "Alderp quiere arreglar un matrimonio entre su hijo, Walter Alderp, y yo... a cambio de no complicar más las cosas."

Eren: (Mirándola con incredulidad) "¿Un matrimonio arreglado? ¿Te están forzando a casarte con ese bastardo?"

Darkness: (Niega con la cabeza) "No... No lo permitiría. Pero Walter... me pidió una entrevista en privado, antes de tomar una decisión final."


(Más tarde, en la residencia del gobernador Alderp, en la sala de reuniones)


Walter Alderp: (Un joven de aspecto refinado, pero visiblemente incómodo, se encuentra frente a Eren y Darkness) "Mis disculpas por esta situación tan... extraña. Mi padre tiene la mala costumbre de imponer sus deseos en los demás." (Suspira) "Entiendo que no estás interesada en un matrimonio, Darkness. Y para ser sincero, yo tampoco lo estoy."

Darkness: (Parpadea, sorprendida) "¿De verdad...?"

Walter: (Sonríe levemente) "Sí, la verdad es que prefiero evitar un matrimonio político forzado. No creo que sea justo para ninguno de nosotros. Estoy dispuesto a decirle a mi padre que rechazo la propuesta... y que tú ya estás comprometida."

Eren: (Cruza los brazos, observando a Walter con cautela) "¿Y cuál es tu plan exactamente?"

Walter: (Con una sonrisa tranquila) "Simple. Diré que ya estás comprometida con alguien más. Será suficiente para que mi padre desista... pero para eso, deberías formalizar tu relación con alguien." (Mira directamente a Eren, como si ya supiera lo que va a decir) "Y creo que todos sabemos con quién."

Darkness: (Ruborizada, entrecerrando los ojos, pero sintiendo una mezcla de alivio y vergüenza) "¿Qué... qué estás sugiriendo?"

Walter: (Sonríe) "Simple. Si tú y Eren formalizan su relación, mi padre no tendrá ningún argumento para seguir presionando. Podríamos evitar todo este lío y seguir con nuestras vidas. Yo me encargaré de calmar a mi padre."

Darkness: (Mirando a Eren, todavía ruborizada, pero con los labios temblorosos) "Eren... ¿qué opinas?"

Eren: (Con su típico tono indiferente) "Mira, Darkness, no me importa mucho lo que piense tu padre o el suyo. Si esto va a hacer que nos dejen en paz, entonces hazlo. Ya estamos en esto, ¿no?"

Darkness: (Sorprendida, su corazón latiendo rápidamente) "¿Estás diciendo que...?"

Eren: (Suspira) "Si quieres formalizarlo, adelante. Lo dije antes, no me voy a complicar la vida más de lo necesario. Si esto te ayuda y evita que te veas atrapada en un matrimonio que no quieres, entonces hazlo."

Walter: (Sonriendo) "Perfecto. Entonces le diré a mi padre que has rechazado la propuesta, Darkness, y que ya tienes pareja. Esto nos evitará muchos problemas."

Darkness: (Mirando a Eren, aún en shock, mientras su corazón late con fuerza) Dios mío... esto es como en mis fantasías, pero... esto es real. No es solo un juego... ¿Esto está pasando de verdad...?


(Más tarde, después de la reunión, fuera de la residencia de Alderp)


Darkness: (Caminando junto a Eren en silencio, sus manos temblorosas) "Eren... lo de hoy... no puedo creer que realmente... lo formalizáramos así."

Eren: (Encogiéndose de hombros) "Ya te dije, Darkness, me da igual lo que piensen los demás. Si esto evita problemas, que así sea."

Darkness: (Mirándolo con una sonrisa tímida) "¿Eso significa que... de verdad estamos juntos ahora?"

Eren: (La mira de reojo) "Si quieres estarlo, entonces sí. Pero no pienses que esto va a cambiar cómo soy."

Darkness: (Se ruboriza aún más, pero no puede evitar sonreír) "No me importa... siempre y cuando sigas siendo tú, Eren."

Eren: (Ladeando la cabeza con una leve sonrisa sarcástica) "Buena suerte con eso, Darkness."

Darkness: (En sus pensamientos) Dios mío... esto está pasando... ¡De verdad estoy con él!

Residencia de los Dustiness Ford, momentos después del encuentro con Walter)


Ignis Dustiness Ford: (El imponente gobernador y padre de Darkness, un hombre de porte noble pero con una sonrisa cálida, les da la bienvenida a Eren y Darkness al gran salón) "¡Ah, Lalatina! Qué sorpresa más agradable. Y tú debes ser... Eren, ¿no es así?"

Eren: (Con una ligera inclinación de cabeza) "Sí."

Ignis: (Con una carcajada jovial, dándole una palmada en la espalda a Eren) "¡Excelente! No tienes idea de cuánta alegría me da que finalmente mi hija haya encontrado a alguien. Estaba empezando a perder la esperanza de que algún día me diera un nieto."

Darkness: (Su rostro se torna de un rojo profundo) "¡Pa-padre! ¡Eso es demasiado pronto para...!" (Mirando a Eren, visiblemente nerviosa, como si quisiera hundirse en el suelo).

Eren: (Suspira internamente) Esto es peor de lo que pensaba...

Ignis: (Ríe aún más) "No te preocupes, hija. He visto cómo espantabas a todos esos pretendientes con tus... excentricidades. Pero este chico... (mirando a Eren con ojos evaluadores) parece que tiene lo que hace falta para lidiar contigo."

Darkness: (Ruborizada, mirando a Eren de reojo) "¡Padre, no digas esas cosas frente a él...!"

Eren: (Resignado) "Mira, Darkness es... peculiar, pero está bien. Ya estoy acostumbrado a lidiar con cosas raras."

Ignis: (Asiente con satisfacción) "¡Sabía que eras el indicado! Muy bien, muy bien. Me alegra que por fin hayas encontrado a alguien que no huya corriendo." (Suspira de alivio) "¡Ya puedo descansar en paz, sabiendo que algún día tendré un nieto!"

Darkness: (Tapa su rostro con las manos, avergonzada) "¡Padre, por favor!"


(Momentos más tarde, en las calles de Axel, mientras Darkness y Eren caminan hacia la posada)


Darkness: (Suspira profundamente, todavía ruborizada) "No puedo creer lo que mi padre dijo... ¡No tenías que escuchar eso!"

Eren: (Encogiendo los hombros) "No me molesta. He escuchado peores cosas en mi vida."

Darkness: (Murmurando para sí misma) "Esto está empezando a parecerse a mis fantasías... demasiado real..."


(De repente, son interrumpidos por la llegada de un mensajero del gremio, quien les entrega una notificación oficial)


Mensajero: "¡Eren Jaeger, Lalatina Dustiness Ford! La fiscal Sena les solicita en el Gremio de Aventureros. Se requiere su presencia para investigar un incidente reciente en el calabozo de Kele."

Darkness: (Confundida) "¿El calabozo de Kele? ¿Por qué nos están convocando allí?"

Mensajero: (Lee el documento) "Parece que las últimas en haber saqueado ese lugar, según los registros, fueron la sacerdotisa Aqua y la ladrona Historia. La fiscal Sena necesita que lo investiguen."

Eren: (Frunce el ceño) "¿Historia...? Maldita sea, ¿qué más va a salir mal esta semana?"


(Horas más tarde, en la entrada del calabozo de Kele)


Megumin: (Con su bastón en la mano y una mirada emocionada) "¡Estoy lista para explotar lo que sea! ¡Esto va a ser divertido!"

Aqua: (Con los brazos cruzados) "No sé por qué me están acusando de algo. ¡Soy una diosa! ¡Yo no hago cosas ilegales!"

Eren: (Rodando los ojos) "Claro, lo que digas, Aqua."

Historia: (Murmura) "Todavía no entiendo cómo terminamos involucradas en esto..."


(Mientras se adentran en el calabozo, las sombras en las paredes parecen bailar con cada paso que dan. Finalmente, al llegar al corazón del calabozo, son recibidos por una risa malévola que retumba por las paredes.)


Vanir: (Apareciendo de la oscuridad, con su máscara siniestra y una sonrisa de oreja a oreja) "¡Ohhh, pero miren a quién tenemos aquí! Los aventureros más... interesantes de todo Axel."

Megumin: (Apuntando con su bastón) "¡Es el demonio Vanir! ¡Estamos listos para destruirte, monstruo!"

Vanir: (Riendo con malicia) "¡Oh, por favor! No he venido aquí para pelear... no de inmediato, al menos. Pero... (mirando a Eren y Darkness con sus ojos brillantes) hay algo que me fascina de ustedes dos."

Eren: (Frunce el ceño) "¿De qué demonios hablas?"

Vanir: (Señalando a Eren y Darkness, mientras su máscara se ilumina) "¡Ahhh! Puedo ver sus pensamientos... y veo algo delicioso en su relación. ¡Oh, esto será tan entretenido para mí! Las emociones negativas, los conflictos internos, las luchas... serán un manjar para mí." (Sonríe aún más) "Eren Jaeger y Darkness... ¡su relación será una fuente infinita de sufrimiento! No puedo esperar para ver cómo se desarrolla todo."

Darkness: (Ruborizándose) "¿Qué estás... diciendo?"

Vanir: (Con voz burlona) "Oh, querida Lalatina... no puedes esconder tus pensamientos de mí. Veo claramente lo que tienes en tu mente cada vez que miras a Eren." (Ríe con regocijo) "¡Y esos pensamientos perversos son tan, tan deliciosos!"

Eren: (Apretando los puños, molesto) "¿De verdad vienes solo a reírte de nosotros?"

Vanir: "Oh, pero no te equivoques. No es solo risa lo que busco... sino emociones. ¡Cuanto más se profundice en esta relación, más jugoso será! Las dudas, los miedos, los celos..." (Se lame los labios) "Puedo alimentarme de todo ello."


(De repente, el suelo comienza a temblar cuando Megumin da un paso adelante, una sonrisa salvaje cruzando su rostro)


Megumin: (Con los ojos brillando) "Si tanto te emociona, entonces será aún más divertido cuando te voltee en pedazos."

Vanir: (Riendo) "¡Hazlo, pequeña archimaga! ¡Déjame ver tu poder!"

Megumin: (Alzando su bastón) "¡EXPLOSIÓN!"


(Una explosión masiva sacude todo el calabozo, desintegrando a Vanir en mil pedazos. Las paredes tiemblan y el humo lo envuelve todo.)


Aqua: (Tosiendo por el polvo) "¡Megumin! ¡Casi nos matas a todos con eso!"

Megumin: (Sonriendo con orgullo) "No me arrepiento de nada."

Eren: (Sacudiendo el polvo de su ropa) "Bueno... supongo que eso fue fácil."

Darkness: (Mirando el lugar donde estaba Vanir, pensativa) "¿Qué habrá querido decir con todo eso...?"

Eren: (Frunce el ceño) "Es un demonio. Solo dice cosas para joder con la gente."

Historia: (Suspirando) "Bueno, al menos ya está hecho... aunque no sé si esto resolverá el problema con Sena."

Eren: (Mirando a Darkness de reojo, con una ligera sonrisa sarcástica) "Tal vez tenga razón en algo... nuestra relación va a ser interesante, eso seguro."

Darkness: (Sonrojada, pero decidida) "No me importa lo que ese demonio diga. Si vamos a enfrentar sufrimiento... lo enfrentaremos juntos."


(Mientras el grupo sale del calabozo, el eco de la risa de Vanir sigue resonando en sus cabezas, pero al menos, por el momento, tienen un enemigo menos al que preocuparse.)

(Axel, en una modesta taberna cerca del gremio de aventureros, Eren y Darkness están sentados en una pequeña mesa de madera. El lugar es acogedor, lejos del lujo de los salones de la nobleza. El ambiente es simple, pero cómodo. La tenue luz de las velas ilumina los rostros de los comensales, mientras el bullicio de las conversaciones y el tintineo de las jarras llenas de cerveza llenan el lugar.)


Eren: (Mirando su plato, girando el tenedor en su mano, pensativo) "Supongo que es hora de hablar de lo que realmente soy... ya hemos estado juntos un tiempo, y creo que es justo que lo sepas."

Darkness: (Ladeando la cabeza, intrigada) "¿Algo más de lo que ya sé?" (Ríe suavemente) "Pensé que eras un tipo reservado, pero me sorprende que tengas algo más que contar, después de todo lo que ya hemos vivido."

Eren: (Suspirando) "Vengo de otro mundo. No soy... de aquí. No nací en este lugar ni crecí bajo estas estrellas. Vine aquí porque no me quedaba otra opción."

Darkness: (Abriendo los ojos, pero sonriendo suavemente) "Oh, ¿así que también eres como Aqua? ¿Una especie de viajero dimensional?"

Eren: (Resignado, pero decidido) "No, no exactamente... Esto no es una historia bonita, Darkness. En mi mundo, yo fui... algo peor. Algo que causó sufrimiento y destrucción."

Darkness: (Apoyándose en la mesa, interesada) "Cuéntame. No te preocupes por ahorrarme los detalles."

Eren: (Inspirando profundamente) "Empezó cuando tenía 10 años. Un día, un titán – una criatura gigantesca – rompió las murallas de mi ciudad. Mi madre... murió ese día. La vi morir aplastada y devorada por uno de esos monstruos frente a mis ojos."

Darkness: (Mirando a Eren con sorpresa y un toque de tristeza) "Lo siento... no puedo imaginar lo que debe haber sido vivir algo así."

Eren: (Frunce el ceño, pero continúa, su voz tensa) "Eso me cambió. Lo único que quería era venganza. Mi padre... me convirtió en algo que nunca pedí ser. Me dio los poderes de los titanes, un poder que sólo se obtiene devorando a otros. Cuando tenía 10 años... me convertí en un titán, y... me comí a mi propio padre. Obtuve su poder, pero no lo entendía en ese momento."

Darkness: (Sin inmutarse, aunque su mirada muestra compasión) "¿Y luego qué pasó?"

Eren: (Suspirando) "Me uní a la milicia a los 13, con la esperanza de matar a los titanes y proteger a la gente que me quedaba. Me gradué entre los mejores, pero al día siguiente, los titanes atacaron nuevamente. Fui devorado por uno, pero en lugar de morir, me transformé en titán por primera vez. Así fue como empezó todo."

Darkness: (Se inclina hacia adelante, visiblemente interesada) "¿Y entonces... peleaste contra esos titanes?"

Eren: "Sí... pero eso solo era el comienzo. Con el tiempo, descubrimos que había más. Los titanes no eran lo que parecían. Había otro país, Marley, que quería nuestros poderes. Intentaron secuestrarme muchas veces... incluso el propio rey de Eldia, mi tierra, intentó controlarme para obtener el poder que yo tenía."

Darkness: (Frunce el ceño) "Entonces... eras una especie de arma para todos."

Eren: (Con una mueca amarga) "Así es. Nadie me veía como una persona. Solo veían el poder que tenía. Pero sobreviví. Y... en algún punto, ya no importaba sobrevivir. Solo importaba ganar."

Darkness: (Susurrando) "¿Hasta dónde llegaste?"

Eren: (Con voz baja y oscura) "A los 21 años me infiltré en Marley, mi país enemigo. Maté a su rey y me comí a su princesa, quien tenía el poder del Titán Martillo de Guerra. Me volví más fuerte. Y entonces... mi medio hermano, Zeke, apareció. Tenía sus propios planes: quería esterilizar a nuestra raza. Me usó. Pero lo traicioné. Me apoderé del poder del Titán Fundador, y con ese poder, desaté el Retumbar."

Darkness: (Apenas respirando) "El... Retumbar... ¿Qué era eso?"

Eren: "Un evento que habría destruido todo. Habría acabado con todos los humanos, excepto mi pueblo, los eldianos. Destrucción total. Pero fui detenido antes de que pudiera completar mi plan."

Darkness: (Sorprendida) "¿Por quién?"

Eren: (Mirándola, con ojos vacíos) "Por la gente que alguna vez fueron mis amigos."

(Por un momento, el silencio pesa entre ellos, cargado de los recuerdos de Eren.)

Darkness: (Respira hondo) "¿Y qué pasó después?"

Eren: "Morí. Y entonces... llegué a este mundo. En el más allá, me encontré con Historia, y Aqua me dio la opción de ir al infierno o reencarnar aquí. Supongo que tomé la segunda opción. No me arrepiento. Prefiero luchar contra demonios y sapos gigantes que volver a ese lugar."

Darkness: (Mirándolo fijamente, claramente impactada por todo lo que ha escuchado) "Tu vida... es más trágica de lo que nunca habría imaginado. Pero..." (Una sonrisa pequeña aparece en sus labios) "Eso no cambia nada. Si acaso... (baja la mirada, sonrojándose ligeramente) hace que te vea como alguien aún más fuerte de lo que ya pensaba."

Eren: (Suspira, rascándose la nuca) "Sabía que esto no te iba a asustar. De alguna manera, tú siempre buscas lo más difícil de soportar."

Darkness: (Sonríe, algo tímida) "No es eso. Es solo que... después de todo lo que has pasado, sigues aquí. No dejaste que el odio te consumiera por completo. Y aunque digas que lo hiciste, aquí estás, protegiendo este mundo, luchando por algo más."

Eren: (Mirándola de reojo) "¿Eso piensas?"

Darkness: (Asiente, decidida) "Sí. Y eso te hace aún más digno de respeto."

Eren: (Con una ligera sonrisa) "Pensé que una historia como esa te haría alejarte... pero parece que ahora te parezco más atractivo."

Darkness: (Sonrojada) "No lo negaré."

Eren: (Riendo por primera vez en mucho tiempo) "Lo sabía... eres única, Darkness."


(El resto de la cena continúa en silencio, pero con una nueva comprensión entre ellos. Al salir del restaurante y caminar por las calles de Axel, las palabras de Vanir sobre sus emociones y el sufrimiento parecen menos pesadas, al menos por ahora. A medida que avanzan por las callejuelas iluminadas por las farolas, Eren mira de reojo a Darkness, quien sigue caminando a su lado con una expresión tranquila. Él sabe que esa revelación no la ahuyentará, sino que probablemente solo hará que se acerque más. Y, en el fondo, quizás eso no sea tan malo.)

(El día comienza con una inusual quietud en Axel. Aqua, usualmente alborotada y exasperante, se ve más débil que de costumbre, y su habitual energía parece haberse desvanecido por completo. La noticia en los periódicos lo ha confirmado: Arcanretia, la ciudad de los principales creyentes de Aqua, está en peligro debido a un envenenamiento masivo de sus aguas. Si los fieles pierden la fe, Aqua dejará de existir. Mientras tanto, una carta de Yunyun ha llegado con noticias alarmantes sobre la aldea Carmesí: un general del Rey Demonio, Silvia la quimera, está atacando la aldea de los magos carmesí, y aunque la carta no lo menciona, la realidad es que la aldea va ganando... pero la situación aún requiere atención.)


(En el centro del gremio de aventureros, el equipo está reunido en una mesa, debatiendo el plan de acción. Aqua, sentada a un lado, parece extrañamente apagada. Historia se sienta a su lado, mientras Yunyun, Darkness, Eren, y Megumin discuten sus opciones.)


Megumin: (Levantando la carta de Yunyun) "¡Esto no puede ser! Silvia, la quimera, ha atacado mi aldea... ¡la aldea de los magos carmesí no puede caer ante un general del Rey Demonio!"

Yunyun: (Nerviosa, pero tratando de sonar optimista) "Sí, pero según lo que he oído, la aldea está resistiendo bien. Aún así, no podemos confiarnos... ¡necesitan nuestra ayuda!"

Eren: (Crujiendo sus nudillos) "Podemos encargarnos de eso. Pero Arcanretia... si esa ciudad cae, Aqua estará acabada."

Aqua: (Susurrando, casi como si hablara consigo misma) "Si ellos dejan de creer en mí... desapareceré..." (Se frota las manos, visiblemente asustada) "No puedo perder a mis seguidores... ¡Eren, Historia, necesito su ayuda!"

Historia: (Asintiendo) "Iremos contigo, Aqua. Primero, debemos averiguar qué está pasando en Arcanretia. Luego veremos cómo detener el envenenamiento."

Eren: (Mirando a ambos lados, calculando en silencio) "Esto es lo que haremos: nos dividiremos en dos grupos. Historia y Aqua irán a Arcanretia y resolverán el problema del agua. Mientras tanto, yo llevaré a Megumin, Yunyun y Darkness a la aldea Carmesí para enfrentar a Silvia. No podemos perder tiempo."

Darkness: (Asintiendo con determinación) "Me ocuparé de proteger a todos en la aldea Carmesí. No permitiré que ese general del Rey Demonio avance un paso más."

Megumin: (Con su típico entusiasmo) "¡Una oportunidad para mostrar mi magia explosiva en mi tierra natal! Esto será glorioso."

Eren: (Mirando a Aqua) "Historia, cuida bien de Aqua. Si la situación empeora, no dudes en enviarnos un mensaje."

Historia: (Sonriendo) "No te preocupes, Eren. Lo manejaremos. Pero... asegúrate de que Megumin no destruya la aldea con sus explosiones."

Megumin: (Molesta) "¡No haría tal cosa! ¡La aldea de los magos Carmesí es un monumento al poder mágico! Solo usaré mi magia explosiva en enemigos."

Yunyun: (Con timidez) "E-en realidad, la aldea está bien protegida... pero sería genial tener un refuerzo adicional... por si acaso."


(Eren se transforma en su Titán Cuadrúpedo en las afueras de Axel, y el grupo se monta en su espalda. La transformación de Eren sigue siendo impresionante, sus músculos se tensan y su piel se endurece en un instante, cubriendo su cuerpo con una coraza titanosa. Megumin, Yunyun, Darkness, Historia y Aqua se suben con rapidez, preparándose para la travesía.)


Megumin: (Sonriendo ampliamente mientras Eren comienza a moverse) "¡Nunca pensé que viajaría a la aldea Carmesí de esta manera! ¡Es casi tan emocionante como lanzar una explosión!"

Eren: (Con voz grave y firme) "Sujétense. No voy a aminorar el paso."

Aqua: (Murmurando para sí misma, con el rostro pálido) "Espero... espero que podamos salvar a Arcanretia. No puedo desaparecer... no puedo."

Historia: (Acariciando suavemente el hombro de Aqua, tratando de tranquilizarla) "Lo resolveremos, Aqua. No vamos a permitir que eso pase."


(El paisaje cambia rápidamente mientras Eren corre velozmente por los caminos. Las tierras verdes de Axel dan paso a las colinas y los caminos de piedra que llevan a Arcanretia, y en el horizonte, la majestuosa ciudad de los creyentes en Aqua se alza, pero a lo lejos, es evidente que algo está mal. Hay humo saliendo de algunos lugares de la ciudad, y la atmósfera parece más sombría de lo normal.)


Eren: (Deteniéndose justo en las afueras de Arcanretia) "Aquí bajan Aqua y Historia. Vamos a necesitar la velocidad para llegar a la aldea Carmesí."

Historia: (Deslizándose de la espalda de Eren, aterrizando suavemente) "Ten cuidado, Eren. Y no te dejes llevar demasiado con Silvia."

Eren: (Mirando hacia adelante) "No será un problema. Solo asegúrense de no perder el tiempo aquí."

Aqua: (Bajando con dificultad, visiblemente agotada) "No puedo... creer que estemos aquí. Arcanretia... si pierden la fe... todo estará perdido."

Historia: (Tomando de la mano a Aqua, firme) "Ven. Vamos a resolverlo. Recuerda, eres una diosa, ¿no? Si alguien puede arreglar esto, eres tú."

Aqua: (Tratando de sonreír, aunque temblando) "Sí... sí. ¡Soy Aqua, la diosa del agua! Esto... esto no puede ser el fin para mí."


(Con un rugido atronador, Eren retoma su carrera, dejando atrás a Historia y Aqua mientras se dirige hacia la aldea Carmesí con Darkness, Megumin y Yunyun aún en su espalda. La velocidad del Titán Cuadrúpedo aumenta, levantando nubes de polvo a su paso.)


Darkness: (Con una sonrisa salvaje mientras el viento sopla en su rostro) "¡Esto es perfecto! ¡Ir directo al combate, enfrentando a un general del Rey Demonio! ¡Nada podría ser mejor!"

Megumin: (Ajustando su sombrero) "¡No puedo esperar para enfrentar a Silvia! ¡Mi magia explosiva destruirá a esa quimera!"

Yunyun: (Algo nerviosa, pero decidida) "No se preocupen. Con el poder de todos, podemos salvar la aldea."

Eren: (Sin voltear, pero hablando en voz alta) "Recuerden, no subestimen a Silvia. Es un general del Rey Demonio por algo. No podemos dejar que el entusiasmo nos nuble la razón."


(Mientras tanto, en Arcanretia, Historia y Aqua caminan hacia la ciudad, sabiendo que algo oscuro los espera. Los destinos de ambos grupos están entrelazados, y aunque la amenaza en cada lugar es diferente, ambas misiones son críticas para el futuro de todos.)


(A la distancia, Arcanretia y la aldea Carmesí esperan ser testigos de batallas épicas, traiciones inesperadas y el verdadero poder de los héroes que han llegado para salvarlas.)

(La aldea Carmesí se ve extrañamente tranquila, a pesar de la amenaza de un general del Rey Demonio. La brisa fresca del lugar y los vastos campos llenos de hierba verde dan una falsa sensación de paz. Al llegar, Eren, Darkness, Megumin, y Yunyun son recibidos por un grupo de adolescentes ruidosos, armados con lo que parecen ser lanzas improvisadas y escudos hechos de madera.)


Chico 1 (Líder del "escuadrón de resistencia"): (Con una sonrisa confiada) "¡Ah! ¡Los refuerzos han llegado! Sabíamos que alguien poderoso como ustedes vendría en nuestra ayuda. ¡Bienvenidos a la resistencia contra el Rey Demonio! ¡Somos la primera línea de defensa de la aldea Carmesí!"

Chica 1: (Aclamando) "¡Hemos estado patrullando incansablemente por días, listos para luchar en cualquier momento!"


(Eren, con una expresión completamente neutral, observa a los adolescentes, claramente desentendido del fervor heroico que los chicos parecen sentir.)


Eren: (Susurrando a Darkness) "¿Estos son los 'guerreros' que se suponía que iban a detener a un general del Rey Demonio?"

Darkness: (Tratando de contener una risa) "Parece que la situación no es tan crítica como imaginamos."

Megumin: (Con los ojos entrecerrados) "¡Ni siquiera saben lo que significa una verdadera explosión mágica! ¡Estos son niños jugando a ser héroes!"


(El grupo sigue adelante, dejando al autoproclamado "escuadrón de resistencia" atrás, y llega a la casa del padre de Yunyun, quien es el líder de los magos Carmesí. La gran casa está decorada con talismanes y símbolos mágicos por todas partes.)


Padre de Yunyun: (Sentado en una silla de madera robusta, mirándolos con calma) "Ah, bienvenidos. Han venido aquí para enfrentar a Silvia, supongo."

Megumin: (Con determinación) "¡Sí! ¡Hemos recorrido un largo camino para asegurar la victoria y salvar la aldea!"

Padre de Yunyun: (Sonriendo con calma) "Bueno, lamento decepcionarlos, pero en realidad, estamos ganando. La resistencia de los magos Carmesí ha sido más que suficiente. Silvia apenas ha podido acercarse a la aldea. No hay ninguna amenaza real."

Darkness: (Con los ojos muy abiertos) "¿Están... ganando?"

Yunyun: (Bajando la mirada) "Entonces... ¿no era tan grave como pensamos?"

Eren: (Con una evidente decepción) "¿En serio vinimos hasta aquí... para nada?"

Megumin: (Dramática, llevándose una mano a la frente) "¡El viaje fue largo! ¡Nos hemos sacrificado y desgastado! ¡Pero no voy a desperdiciar mi magia explosiva! ¡Quiero ver alguna acción!"

Padre de Yunyun: (Riéndose) "Lamento que el peligro no haya sido lo que esperaban. Pueden quedarse y descansar, si quieren. No es necesario que se marchen tan pronto."


(El grupo sale de la casa del padre de Yunyun, claramente agotado y desilusionado. La batalla que habían esperado no se había materializado, y ahora solo querían descansar.)


Megumin: (Ofreciendo con entusiasmo) "¡Eren, Darkness! Pueden quedarse en mi casa esta noche. No es lujosa, pero está cerca, y seguro que podremos acomodarlos."

Eren: (Encogiéndose de hombros) "No me importa dónde dormir. Mientras haya un lugar para descansar."

Darkness: (Sonriendo levemente) "Yo tampoco me quejo. Estamos cansados."


(El grupo se dirige a la casa de Megumin. Al llegar, lo que ven es una vivienda humilde, que parece más un establo que una casa. El techo está algo inclinado, y las paredes de madera están agrietadas. Una pequeña luz parpadea en el interior.)


Megumin: (Orgullosa) "¡Bienvenidos a mi hogar! No es mucho, pero es donde crecí y perfeccioné mis habilidades."

Komeko: (La hermana menor de Megumin, corriendo emocionada hacia la puerta) "¡Megumin! ¡Has vuelto!" (Se detiene al ver a Eren) "¿Quién es él...? ¿Es tu novio?"


(Megumin, ruborizada, empieza a sacudir las manos frenéticamente.)


Megumin: "¡¿Qué?! ¡NO! ¡No, claro que no es mi novio! ¡Eren es un... compañero de aventuras! ¡Nada más!"

Komeko: (Sonriendo con picardía) "Hmm... entonces, ¿por qué estás tan roja, Megumin? Parece que le gustas."

Eren: (Suspirando, exasperado) "No soy el novio de Megumin."


(Los padres de Megumin entran en la habitación, el padre con una mirada inquisitiva mientras examina a Eren de arriba abajo.)


Padre de Megumin: (Serio) "¿Así que este es el 'compañero de aventuras'? Pareces mayor... ¿Cuántos años tienes, joven?"

Eren: (Algo seco) "Tengo 21."

Padre de Megumin: (Frunciendo el ceño) "Veintiuno... y Megumin tiene apenas catorce."

Madre de Megumin: (Asintiendo) "Eso es una gran diferencia de edad... No nos gustaría ver a nuestra hija con un hombre mucho mayor."

Eren: (Incomodándose) "Ya dije que no somos pareja. No hay nada entre Megumin y yo. Estoy con Darkness."

Megumin: (Molesta) "¡Ya les dije que Eren no es mi novio! ¡No sé por qué Komeko tiene que malinterpretar todo!"

Padre de Megumin: (Crujido de nudillos) "No estoy tan seguro. La diferencia de edad es bastante preocupante. No me gustan los mujeriegos que juegan con las chicas más jóvenes."


(Eren trata de explicar la situación con más calma, pero las palabras de los padres de Megumin parecen escalar la discusión rápidamente. La incomodidad crece a medida que los malentendidos se acumulan.)


Eren: (Frustrado, levantando la voz) "¡No estoy interesado en Megumin! ¡No tengo ninguna intención romántica hacia ella!"

Darkness: (Interviniendo rápidamente, sintiendo que la situación se está saliendo de control) "¡Ya basta de esto!" (Se acerca a Eren y lo besa en los labios, de manera firme y rápida, para hacer una declaración clara.)


(El cuarto queda en silencio por unos segundos, mientras todos se quedan mirando a Darkness y Eren, atónitos por lo que acaba de suceder.)


Komeko: (Con los ojos muy abiertos) "¡Ohhh! ¿Entonces él es tu novio, Darkness?"

Padre de Megumin: (Todavía frunciendo el ceño, pero ahora dirigiendo su descontento a Eren) "Ah... así que eres un mujeriego, entonces. Saltando entre mujeres."

Eren: (Ahora completamente frustrado) "¡No soy un mujeriego! ¡Darkness es mi pareja, y no hay nada entre Megumin y yo!"

Darkness: (Ruborizada, pero orgullosa) "Es cierto. Eren y yo estamos juntos."


(La situación ha alcanzado un punto incómodo. La familia de Megumin mira a Eren con desconfianza, y la atmósfera en la pequeña casa es tensa. Eren y Darkness intercambian miradas, dándose cuenta de que quedarse allí ya no es una opción.)


Eren: (Suspirando) "Creo que es mejor que nos vayamos. No queremos causar más problemas."

Darkness: (Asintiendo) "Sí, tienes razón. Buscaremos otro lugar para quedarnos esta noche."


(Eren y Darkness salen de la casa de Megumin, dejando atrás la incomodidad palpable. Se dirigen a la casa de Yunyun, esperando que ella los reciba sin más malentendidos. La noche ha sido larga, y lo último que necesitan es más drama.)


Yunyun: (Sorprendida cuando Eren y Darkness llegan a su puerta) "¿Eh? ¿Qué hacen aquí? Pensé que iban a quedarse en casa de Megumin..."

Eren: (Cansado) "Larga historia. ¿Podemos quedarnos aquí?"

Yunyun: (Sonrojándose) "¡C-claro! ¡No hay problema!"


(La noche se desvanece, y aunque el descanso finalmente llega para Eren y Darkness, ambos saben que las aventuras y los desafíos que enfrentarán al día siguiente serán aún más intensos que los malentendidos que acaban de vivir.)

(Es de noche en la casa de Yunyun. El pequeño cuarto de invitados apenas tiene espacio para una cama individual, lo cual rápidamente se convierte en un problema. Yunyun, con su rostro sonrojado, explica la situación mientras se balancea tímidamente de un pie al otro.)


Yunyun: (Nerviosa) "L-lo siento... solo tengo una cama para los invitados. Y es pequeña, así que... uh... tendrán que compartirla, supongo."

Darkness: (Inmediatamente ruborizada) "¿C-compartir una cama con Eren?" (Tocándose el rostro, claramente abrumada por la idea) "P-pero eso... no es apropiado, y… además…"


(Eren se mantiene en silencio, observando la cama. El recuerdo de sus pesadillas recurrentes lo atraviesa, y su rostro se oscurece mientras contempla la idea de dormir junto a Darkness. No quiere lastimarla si pierde el control en medio de una de sus visiones nocturnas. Pero, al mismo tiempo, dormir en el suelo no es una opción cómoda para ninguno de los dos.)


Eren: (Frunciendo el ceño, tratando de sonar calmado) "No es la mejor opción, pero... no hay otra alternativa, supongo. Solo dormiremos, Darkness. No tiene por qué ser incómodo."

Darkness: (Intentando disimular su creciente nerviosismo) "Sí... claro. Solo... dormir." (Su mente inmediatamente se va por otro lado, y la idea de estar tan cerca de Eren en la cama la hace imaginar ciertas cosas.)


(Darkness no puede evitar que sus pensamientos divaguen. Estar en una cama tan pequeña con Eren inevitablemente la lleva a pensar en las posibilidades... demasiadas posibilidades. Siente el calor subiendo por su cuello.)


Darkness: (Pensando para sí misma) "¡No, no pienses en eso!... pero... si acaso algo pasara... no sería tan malo, ¿verdad? No, Darkness, ¡controla esos pensamientos sucios! ¡No soy así! Bueno... tal vez un poco... pero..."


(Eren, por su parte, cruza los brazos y suspira. Recuerda las veces que ha tenido pesadillas terribles, y lo que pasó en algunas ocasiones cuando dormía cerca de otras personas. Podía perder el control. Y si terminaba lastimando a Darkness en medio de la noche... nunca se lo perdonaría.)


Eren: (Con voz seria) "Darkness, hay algo que necesitas saber... a veces tengo pesadillas. No son simples sueños malos. Puedo... reaccionar físicamente. Si ocurre, no quiero hacerte daño, así que... si te sientes incómoda, dímelo."

Darkness: (Aun ruborizada, pero tratando de tomarse en serio las palabras de Eren) "¿Pesadillas...? ¿Qué tipo de pesadillas?"

Eren: (Mirando a un lado, evitando contacto visual) "No importa los detalles. Solo... si algo pasa, sal de la cama rápidamente."

Darkness: (Mordiéndose el labio, su corazón latiendo rápido) "E-está bien... pero... no me importa. No creo que me asuste fácilmente, Eren. Soy más fuerte de lo que piensas." (En su mente, sus pensamientos vuelven a divagar: Si él perdiera el control... eso podría ser interesante...)


(Finalmente, después de más vacilación, ambos se acomodan en la cama, aunque con cierta distancia entre ellos. Darkness está claramente incómoda, y aunque intenta mantener la calma, no puede dejar de pensar en lo que podría pasar. Por su parte, Eren está rígido, tratando de no moverse demasiado y consciente de que cualquier pesadilla podría desatarse en cualquier momento.)


Darkness: (Susurrando) "B-buenas noches, Eren..."

Eren: (Con una voz baja y cansada) "Buenas noches."


(La noche avanza lentamente. Eren cae en un sueño profundo, pero pronto sus pesadillas lo alcanzan. Recuerdos de su madre siendo devorada por un titán, de los traidores que lo rodeaban, de Zeke y el Retumbar... Su respiración se vuelve agitada, su cuerpo tenso.)


Eren: (Involuntariamente, entre dientes) "N-no... no... ¡déjenme en paz!"


(De repente, en medio de su sueño, Eren extiende su brazo y envuelve el cuello de Darkness, apretando con fuerza. Está atrapado en su pesadilla, reviviendo las traiciones y las pérdidas, su mente fuera de control.)


Darkness: (Al principio, sorprendida, pero luego...) "Ah... ah... sí... más fuerte... papi..."


(Eren, aún sumido en su pesadilla, abre los ojos lentamente, dándose cuenta de lo que está haciendo. Su corazón se acelera cuando nota que está ahorcando a Darkness, pero en lugar de gritar o resistirse, ella está... disfrutándolo. Inmediatamente suelta su agarre y retrocede, completamente desconcertado.)


Eren: (Pensando para sí mismo, decepcionado) "Olvidaba que Darkness tenía estos gustos raros..." (Suspirando, decide no darle más vueltas.)


(Darkness, mientras tanto, se queda respirando entrecortada, aún dentro de sus fantasías masoquistas.)


Darkness: (Sonriendo débilmente) "No sabía que tenías... esa clase de fuerza... Eren..."


Eren: (Seco, cruzando los brazos) "No era a propósito. Me estabas incomodando."

Darkness: (Ruborizándose, pero con una expresión satisfecha) "Ah... claro... bueno, no me molestó."


(Eren decide dejar la conversación ahí, aunque la incomodidad en su rostro es evidente. Al levantarse de la cama al amanecer, ambos guardan silencio, aunque Darkness parece estar de mejor humor que nunca. Eren, por otro lado, se limita a pensar en todo lo que salió mal durante la noche.)


Eren: (Pensando) "Nunca más comparto una cama con ella..."

(Es de madrugada en la aldea de los magos Carmesí. El aire frío de la mañana empieza a despejar la neblina que cubre el campo. En una de las pequeñas casas, Eren y Darkness ya están despiertos, ambos en silencio tras lo sucedido durante la noche.)


Darkness: (Suspirando y levantándose de la cama) "Bueno... ya que no puedo dormir más, es hora de hacer lo que vine a hacer."

Eren: (Frunciendo el ceño, sentándose en el borde de la cama) "¿Qué diablos estás diciendo?"

Darkness: (Con una sonrisa decidida) "Voy a enfrentar al general del Rey Demonio. ¡Es la razón por la que estamos aquí! Madrugar y atacar antes de que nos ataquen a nosotros. ¡Esta es mi oportunidad de brillar!"


(Eren la observa en silencio por un momento, claramente sabiendo que esto no terminará bien, pero la testarudez de Darkness no es algo que se pueda detener fácilmente.)


Eren: (Suspirando profundamente) "Sabes que es una mala idea, ¿verdad? Ir sola es prácticamente suicidio."

Darkness: (Con un brillo en sus ojos) "Ah, lo sé... pero eso lo hace aún más emocionante, ¿no? Estar cara a cara con el peligro, con la posibilidad de caer... ¡es exactamente lo que una cruzada como yo debe hacer!"

Eren: (Gruñendo, levantándose) "No voy a dejar que vayas sola. No confío en que puedas enfrentarte a un general del Rey Demonio por tu cuenta. Pero si vas a hacer esta locura... entonces yo iré contigo."

Darkness: (Sonriendo ampliamente) "Eres más considerado de lo que dejas ver, Eren."

Eren: (Rodando los ojos) "No me malinterpretes. Es más por evitar que termines muerta y nos metas en más problemas."


(Ambos salen de la casa, caminando rápidamente hacia las afueras del pueblo, donde los rumores decían que se escondía Silvia, el general del Rey Demonio. El ambiente está en calma, pero Eren no puede evitar sentir un escalofrío en el aire.)


Eren: (Mirando a Darkness) "Tienes una idea de lo que estás haciendo, ¿verdad?"

Darkness: (Sacando su espada y sosteniéndola firmemente) "¡Claro! Me paro frente a ellos, aguanto sus golpes... y espero el momento adecuado para atacar. Simple."

Eren: (Chasqueando la lengua) "Eso no es un plan. Es... en fin. Lo resolveremos cuando llegue el momento."


(De repente, un sonido sordo interrumpe la quietud. Desde la ladera cercana, emergen figuras pequeñas: los goblins de Silvia, armados y listos para atacar. Darkness, sin dudarlo ni un segundo, se lanza contra ellos, su armadura resonando con cada impacto de las pequeñas criaturas, pero sin mostrar signos de retroceder.)


Darkness: (Gritando con entusiasmo) "¡Vamos! ¡Denme su mejor golpe! ¡Pueden golpearme todo lo que quieran, no me harán caer!"

Eren: (Observando desde un lado, cruzado de brazos) "Siempre con esa actitud... malditos goblins." (Suspira) "Esto va a tomar más tiempo del que quiero."


(Mientras los goblins atacan a Darkness sin causar daño real, Eren decide que es momento de terminar la pelea rápido. Se muerde el dedo, la sangre gotea mientras su cuerpo comienza a emitir vapor. En cuestión de segundos, su forma se transforma en la del Titán Mandíbula, rugiendo mientras se lanza hacia los goblins, despedazándolos con facilidad.)


Silvia: (Apareciendo desde las sombras, sorprendida al ver a Eren) "¡Ese poder...! ¿Mandíbula...? ¿Porco Galliard...? No... tú no eres él. ¿Quién eres tú?"


Eren: (En su forma de Titán Mandíbula, con una voz retumbante) "Mi nombre no es importante para ti. Lo único que importa es que esta pelea termina aquí."


Silvia: (Sonriendo maliciosamente) "Oh, esto será interesante. Ese poder... es tan delicioso. Lástima que pronto será mío."


(Antes de que Eren pueda reaccionar, Silvia extiende sus brazos y su cuerpo comienza a cambiar, transformándose en una masa grotesca que se extiende hacia Eren. Al verla, Eren se da cuenta rápidamente de lo que está pasando: Silvia está tratando de absorberlo. Él lucha por liberarse, pero su cuerpo está siendo arrastrado hacia la amalgama monstruosa de Silvia.)


Eren: (Con una expresión de ira) "¡No te lo permitiré!"


(Con todas sus fuerzas, Eren logra liberar su brazo de las fauces de Silvia y golpea el suelo, utilizando la velocidad y agilidad del Titán Mandíbula para escapar del proceso de absorción.)


Silvia: (Riendo mientras su cuerpo de quimera comienza a cambiar aún más) "No podrás escapar, Eren. El poder del Titán Mandíbula está ahora incrustado en mi cuerpo, y no podrás derrotarme tan fácilmente."


Eren: (Observando con frialdad) "¿Eso crees?"


(Con una sonrisa cruel, Silvia intenta desatar una ola de poder desde la parte inferior de su cuerpo, donde ha incrustado los poderes del Titán Mandíbula. Sin embargo, Eren había logrado separarse a tiempo, cortando cualquier conexión entre Silvia y el titán. El poder que intentaba usar empieza a desmoronarse y, poco a poco, tanto Silvia como el titán fusionado comienzan a evaporarse.)


Silvia: (Con ojos desorbitados y una voz agonizante) "No... esto no puede estar pasando... ¡Mi poder!"


Eren: (Mirando impasible mientras Silvia comienza a desintegrarse) "Te lo advertí."


(Silvia, incapaz de mantener su fusión sin el Titán Mandíbula, se desvanece en el aire, dejando solo una leve brisa en su lugar. Darkness, que había estado lidiando con los goblins, se queda mirando con asombro mientras Eren regresa lentamente a su forma humana, exhausto por el esfuerzo.)


Darkness: (Sonriendo ampliamente) "¡Increíble, Eren! ¡Sabía que eras fuerte, pero esto ha superado mis expectativas!"

Eren: (Sacudiéndose el polvo) "No fue nada especial... solo tenía que acabar con esto rápido."


(Darkness lo mira con una mezcla de admiración y, por supuesto, esa extraña chispa masoquista que siempre parece brillar en sus ojos. Sin embargo, Eren, cansado y sin ánimo para más conversaciones, simplemente suspira y comienza a caminar de regreso hacia la aldea, mientras Darkness lo sigue de cerca.)


Eren: (Pensando para sí mismo) "Esto es solo el comienzo..."

(La aldea de los magos Carmesí está en un frenesí de celebración tras la derrota de Silvia. Eren y Darkness se encuentran en la plaza central, donde los aldeanos están preparando una ceremonia en su honor.)


Eren: (Mirando alrededor, frunciendo el ceño) "¿Siempre son así de... dramáticos?"

Darkness: (Sonriendo mientras observa a los aldeanos) "Oh, sí. Los magos carmesí son conocidos por su amor a lo espectacular. Les encanta impresionar, pero a veces pueden ser un poco exagerados."

Eren: "Exagerados es un eufemismo. Miren esas coreografías ridículas... Se mueven como si estuvieran en un teatro."


(Megumin se acerca a Eren y Darkness, con una sonrisa amplia.)


Megumin: "¡Eren! ¡Darkness! Ahora que hemos vencido a Silvia, ¿qué les parece si hacemos un poco de turismo? ¡Hay tantas cosas que ver aquí!"

Eren: (Sacudiendo la cabeza) "No hay tiempo para eso. Debemos ir a Arcanretia a ver cómo les fue a Aqua e Historia."


(Yunyun se une al grupo, mirando a Megumin con cierta tristeza.)


Yunyun: "Me quedaré aquí un tiempo más. Creo que necesito ayudar a los aldeanos con los preparativos."

Megumin: (Mirando a Eren y Darkness, sintiendo la atmósfera romántica) "Entiendo... No quiero ser un mal tercio. Les seguiré más tarde, ¿de acuerdo?"


(Eren y Darkness asienten mientras Megumin se aleja, sonriendo de manera un poco melancólica. Luego, Eren y Darkness se preparan para el viaje hacia Arcanretia.)


Eren: "Vamos, Darkness. Espero que Aqua no haya hecho algo imprudente mientras estábamos fuera."

Darkness: "Siempre puede ser peor... ¿verdad?"


(Tras un viaje rápido, Eren y Darkness llegan a Arcanretia. La atmósfera es diferente, más tranquila, y el aire está impregnado de un aroma fresco. Al entrar al pueblo, se encuentran con una multitud de fieles que se arrodillan ante Aqua, quien brilla con una luz renovada.)


Eren: (Mirando a Aqua, sorprendido) "¿Ella... purificó las aguas?"

Darkness: (Sonriendo) "Parece que ha estado trabajando duro. Siempre fue una diosa, después de todo."


(Aqua, exhausta pero feliz, se da cuenta de la presencia de Eren y Darkness, iluminando su rostro.)


Aqua: "¡Eren! ¡Darkness! ¡Lo logré! Purifiqué las aguas y ahora todos pueden beber de ellas sin miedo."

Historia: (Apareciendo junto a Aqua, emocionada) "Y no solo eso, Eren... ¡Te sorprenderá saber a quiénes nos hemos encontrado aquí!"


(Eren la mira con curiosidad mientras ella lo conduce hacia un grupo de personas en la plaza. De repente, su corazón se detiene al ver a Mikasa, Armin y Ymir, todos luciendo como si no hubieran pasado los años.)


Eren: (Atónito) "¡Mikasa! ¡Armin! ¡Ymir! ¿Qué... cómo es posible que estén aquí?"

Mikasa: (Con una sonrisa suave) "Eren... nos reencarnamos. Después de lo que pasó, encontramos una nueva vida aquí en Arcanretia."

Armin: (Asintiendo) "Llevamos un tiempo aquí, pero queríamos asegurarnos de que estuvieras bien."

Ymir: (Con una sonrisa pícara) "Y, por cierto, nos enteramos de tus aventuras. Pareces estar pasándola bien."


(Eren, incapaz de contener su sorpresa y felicidad, se siente abrumado mientras abraza a sus amigos. Darkness observa la escena con una mezcla de alegría y un poco de celos, pero también está emocionada por la reunión.)


Eren: "Esto es increíble... No puedo creer que estén aquí. ¿Cómo se siente? ¿Este mundo es diferente?"

Mikasa: "Es diferente, pero hay cosas que nunca cambian. Siempre seremos nosotros, sin importar dónde estemos."

Armin: "Y estamos aquí para apoyarte en lo que sea que hagas a continuación."


(Eren se siente renovado, como si todo su pasado estuviera volviendo a cobrar vida en este nuevo mundo. La escena se llena de risas y charlas mientras la emoción inunda a los cinco, creando un nuevo comienzo entre viejos amigos.)

(Eren y Darkness han pasado unos días en Arcanretia, explorando sus encantos. Sin embargo, Eren empieza a sentirse abrumado por la devoción de los seguidores de Aqua, quienes lo ven como un extraño. Están en una plaza donde un grupo de fieles está adorando a Aqua.)


Eren: (Susurrando a Darkness) "No puedo más. Cada vez que me miran, siento que van a ofrecerme como sacrificio o algo así."

Darkness: (Riendo) "Es solo que te ven como un héroe. La fama puede ser abrumadora."

Eren: "Sí, pero no me gusta. ¿Por qué todo tiene que girar en torno a Aqua? Me siento como un accesorio en una tienda de religiones."


(Aqua, en medio de sus seguidores, parece estar disfrutando de la adoración, recibiendo ofrendas y alabanzas.)


Aqua: "¡Oh, fieles! Su fe me da la fuerza para purificar sus aguas y traer alegría a Arcanretia. ¡Juntos somos invencibles!"


(Eren frunce el ceño y empieza a caminar hacia la salida de la plaza. Darkness lo sigue, con una expresión de preocupación.)


Darkness: "Eren, no tienes que ser tan serio. Tal vez podríamos ir a otro lugar... No sé, un bar o algo así."

Eren: "Eso suena más a lo mío. No sé cómo puedes soportar todo esto. Creo que me volveré loco."


(En el camino de regreso, se encuentran con Mikasa y Armin, quienes están disfrutando de un helado.)


Mikasa: "¡Eren! ¿Te vas ya? Pensé que te quedabas más tiempo."

Eren: (Sonriendo) "Lo intentamos, pero este lugar es un poco... intenso para mí. En Axel, al menos, puedo escapar de la locura."

Armin: "Entiendo. A veces la devoción puede ser demasiado."


(Eren se acerca a Mikasa y Armin, listo para despedirse.)


Eren: "Estoy en Axel, así que si alguna vez están por ahí, no duden en visitarme. Sería genial verlos de nuevo."

Mikasa: (Sonriendo) "Lo haré. ¡Cuídense!"

Armin: "Sí, cuídense y manténganse a salvo."


(Historia se une a ellos, luciendo un poco más feliz.)


Historia: "Eren, he decidido quedarme aquí un tiempo. Ymir se siente como en casa, y el culto de Axis acepta relaciones lésbicas, así que... estoy bien aquí."

Eren: (Sorprendido) "¿En serio? Bueno, si eso te hace feliz, entonces está bien."


(Aqua se acerca, sonriendo de oreja a oreja.)


Aqua: "¡Adiós, Eren! No olvides, ¡siempre puedes volver a Arcanretia! ¡Aquí hay suficiente fe y devoción para todos!"


(Eren se despide con una ligera sonrisa, pero se siente aliviado al alejarse de la plaza.)


Eren: "Darkness, ¿no te parece extraño? Todo este culto, pero todavía hay preguntas sin respuesta sobre quién envenenó las aguas. Eso no se siente correcto."

Darkness: (Asintiendo) "Sí, algo no cuadra. Tendremos que investigar cuando estemos en Axel."


(Finalmente, Eren y Darkness se alejan de Arcanretia, sintiendo el peso de las preguntas que quedan en el aire, pero al mismo tiempo disfrutando de la libertad de volver a su propia aventura.)

(Eren y Darkness llegan a Axel después de su viaje. Eren decide entrar en la tienda de Wiz para comprar algunos suministros. Al abrir la puerta, se encuentra con un ambiente cálido y acogedor, pero inmediatamente es recibido por Vanir, quien está organizando algunos productos en una estantería.)


Vanir: (Con una sonrisa burlona) "¡Bienvenido a la tienda de Wiz, donde las maravillas y los productos mágicos son nuestra especialidad! ¿Qué tal, Eren? ¿Te has recuperado de tu... pequeña aventura con el rey demonio?"


Eren: (Sintiéndose incómodo) "Sí, supongo. Solo vengo a comprar unos suministros."


(Wiz se asoma detrás de una estantería, con una expresión amable.)


Wiz: "¡Eren! ¡Qué bueno verte! ¿Todo bien después de la batalla?"


Eren: "Más o menos. Solo necesito algunas cosas para el camino. No estoy seguro de cuántos problemas más vamos a encontrar."


(Vanir se acerca, su mirada astuta fija en Eren.)


Vanir: "Ah, el joven titán, cargando con tanto peso sobre sus hombros. Es una carga difícil, especialmente después de lo que hiciste, ¿no es así? El retumbar, el caos... Debe ser agotador recordar eso."


Eren: (Frunciendo el ceño) "No tengo tiempo para tus juegos, Vanir. Solo necesito lo que vine a comprar."


Vanir: "Pero, querido Eren, ¿no ves? Tu juventud es un regalo y una maldición. A tu edad, se espera que tengas la energía para disfrutar de la vida, y, sin embargo, cargas con un pasado que te devora. Pero no temas, porque también tienes a esa encantadora novia, Darkness. Debes estar tan... emocionado."


(Eren se pone tenso, recordando la presión de sus responsabilidades y las implicaciones de su relación con Darkness.)


Eren: "Eso no tiene nada que ver con esto."


Vanir: (Con una sonrisa pícara) "Oh, pero sí lo tiene. Una hermosa novia como Darkness... ¿no sientes que ya es hora de dar un paso adelante? Con todo el estrés que llevas, ¿no sería liberador unirse a ella de una manera más... íntima?"


Eren: (Desconcertado) "¿Qué? No sé de qué estás hablando. Eso no es lo que quiero pensar ahora."


Vanir: "Oh, pero deberías. La vida es corta, Eren. Tú, un joven guerrero, y ella, una dama valiente. ¿No crees que mereces un momento de felicidad? Después de todo lo que has pasado, te lo mereces."


(Wiz observa con una mezcla de preocupación y diversión, mientras Eren empieza a sentirse abrumado por las palabras de Vanir.)


Eren: (Inseguro) "No estoy listo para eso... No sé si es el momento adecuado."


Vanir: "La juventud es un tiempo de decisiones. Mientras piensas en lo que fue y lo que será, considera también lo que tienes en este momento. La intimidad no solo es un escape; es un refugio. Y tú, Eren, necesitas ese refugio."


(Eren se cruza de brazos, intentando bloquear las ideas que Vanir le sugiere, pero no puede evitar que una parte de él se sienta intrigada.)


Eren: "Quizás... debería concentrarme en las cosas más importantes."


Vanir: (Con una risa suave) "Oh, por supuesto. Pero recuerda, siempre hay espacio para un poco de diversión en medio de la tormenta. Ahora, ¿quieres tus suministros o seguirás divagando en tus pensamientos?"


(Eren suspira, intentando deshacerse de la presión mientras busca los suministros en la tienda, pero las palabras de Vanir siguen resonando en su mente.)

(Eren y Darkness llegan a la mansión de Eren, cansados por el viaje y los recientes acontecimientos. Eren se sienta en un sofá, pensativo, mientras Darkness se acomoda a su lado, notando que está perdido en sus pensamientos.)


Darkness: (Curiosa) "¿En qué piensas, Eren? Pareces más serio de lo habitual."


Eren: (Suspirando) "Solo... estaba reflexionando sobre las cosas. Todo lo que hemos pasado y... lo que podría venir. Quiero decir, ya hemos enfrentado tanto juntos."


Darkness: (Sonriendo) "Sí, somos un gran equipo. Siempre hemos salido adelante. Pero, ¿por qué lo dices así? ¿Hay algo más que quieras discutir?"


Eren: (Un poco nervioso) "Bueno, en realidad, sí hay algo más. He estado pensando en... en nosotros."


(Darkness lo mira con atención, su expresión se ilumina de interés y un toque de nerviosismo.)


Darkness: "¿Nosotros? ¿Te refieres a nuestra relación? ¿Qué es lo que piensas?"


Eren: (Con un tono sutil) "Pienso que tal vez deberíamos... dar un siguiente paso. Ya sabes, tener sexo."


Darkness: (Ríe, pensando que es una broma) "¿Estás hablando en serio? ¡Vaya, qué atrevido eres, Eren! Creí que solo bromeabas. Pero, si quieres... ¡Estoy lista para ello!"


(Eren, un poco sorprendido por la respuesta, sonríe y asiente. Deciden subir a la habitación de Eren. Al entrar, Eren siente una mezcla de nervios y emoción.)


Eren: "Así que... ¿estás lista?"


(Darkness se siente un poco más nerviosa al mirar alrededor de la habitación. Cuando Eren la ve empezando a desvestirse, su expresión cambia. De repente, se pone tímida y se cubre con las manos.)


Darkness: (Con la voz temblorosa) "Espera, espera. Esto es... ¡espera un momento! Esto sería mi primera vez... No tengo idea de qué hacer."


Eren: (Un poco sorprendido) "¿En serio? Pensé que... no sé, que tenías más experiencia en esto."


Darkness: (Sonrojándose) "Bueno, no como tú. ¿Es también tu primera vez?"


Eren: (Rascándose la nuca, un poco incómodo) "No, no es mi primera vez... pero no quiero entrar en detalles."


(Darkness lo mira con una mezcla de curiosidad y preocupación.)


Darkness: "¿Por qué no? ¡Eso no es justo! ¡Necesito saber qué esperar! ¿Cómo fue?"


Eren: (Desviando la mirada) "Es complicado... No quiero que te sientas mal. Solo, confía en mí. Solo... sigamos adelante. Podemos aprender juntos."


(Darkness lo observa, un poco decepcionada pero también intrigada por lo que él sugiere. Finalmente, asiente con una sonrisa nerviosa.)


Darkness: "Está bien. Aprendamos juntos, entonces. Pero... ¡no te sorprendas si me pongo un poco torpe!"


Eren: (Sonríe, aliviado) "No hay problema. Estoy seguro de que todo saldrá bien."


(Ambos se miran, la tensión en el aire se siente palpable mientras la noche avanza, preparándose para dar un paso más en su relación.)

(Eren y Darkness yacen en la cama, exhaustos y adoloridos, mirando al techo con expresiones de confusión y asombro.)


Eren: (Sintiéndose un poco incómodo) "Wow... eso fue... diferente."


Darkness: (Con una mezcla de sorpresa y decepción) "Sí... fue algo... inesperado. Pero... Eren, ¿por qué no hiciste nada raro? Yo... esperaba que fueras más atrevido."


Eren: (Sonriendo, acariciándole la cabeza) "No te preocupes, Darkness. No tengo la intención de hacerte sentir incómoda. Quiero que esto sea especial, no un espectáculo de rarezas."


Darkness: (Frunciendo el ceño, un poco decepcionada) "Pero... en mis fantasías siempre pasan cosas... más intensas. Cosas que no puedo siquiera mencionar aquí."


Eren: (Riendo suavemente) "Tal vez en el futuro, pero hoy solo quería que te sintieras cómoda. No estaba seguro de cómo reaccionarías, así que preferí empezar despacio."


(Eren se inclina hacia adelante y le da un beso suave, llenando el aire con una intimidad que los une más.)


Eren: "Así que, ¿qué tal si nos dejamos llevar y vemos a dónde nos lleva esto? No hay presión."


Darkness: (Sonrojándose, pero sonriendo) "De acuerdo, pero la próxima vez, quiero que seas más aventurero. ¡No solo un cobarde!"


(Ambos se ríen y se guían hacia atrás en la cama, disfrutando del momento compartido.)


(Tras un rato, ambos quedan tendidos, mirando al techo, sintiendo la calma después de la tormenta. La expresión en sus rostros refleja confusión.)


Eren: (Con una sonrisa nerviosa) "Así que... ¿de verdad acabamos de hacer eso? ¿Fue real?"


Darkness: (Moviendo la cabeza en afirmación, aún aturdida) "Sí... fue real. Pero, ¿en qué momento me dejé llevar así? Me siento... como si hubiera sido arrastrada a una aventura completamente nueva."


Eren: (Con un suspiro, mirando hacia el techo) "No sé si estoy listo para procesar lo que acaba de pasar. Me siento como si hubiera corrido un maratón... o como si hubiera peleado contra un titán."


Darkness: (Riendo levemente) "O tal vez contra varios titanes, considerando lo que acaba de suceder. Pero... no puedo negar que, de alguna manera, fue... divertido."


(Ambos se quedan en silencio por un momento, procesando la experiencia mientras sus corazones aún laten con fuerza por la emoción de lo que compartieron.)


Eren: "Bueno, supongo que este es el comienzo de algo nuevo entre nosotros. ¿Quién diría que todo esto comenzaría en una noche normal en Axel?"


Darkness: (Sonriendo) "Sí, quien lo diría. Espero que la próxima vez... sea un poco más intensa."


Eren: (Con una risa nerviosa) "Oh, estoy seguro de que lo será. Estoy listo para más aventuras... solo que tal vez primero deberíamos descansar un poco."


(Ambos se acomodan, sintiendo la comodidad de la compañía del otro mientras comienzan a cerrar los ojos, llenos de expectativa por lo que les espera.)(Eren, Darkness, Megumin, y Aqua están en el gremio de aventureros, revisando las misiones disponibles en la tablilla.)


Eren: (Mirando la tablilla con escepticismo) "¿Qué demonios es esto? ‘Eliminación de un dragón de tres cabezas en la montaña de Tsubasa’. ¿Quién en su sano juicio aceptaría esto?"


Megumin: (Entusiasmada) "¡Nosotros! ¿Por qué no? ¡Sería increíble! Imagina la explosión que podría hacer al derrotar a un dragón de tres cabezas."


Aqua: (Sarcástica) "Sí, y también sería increíble ver cómo nos devoran antes de que puedas lanzar tu hechizo, Megumin."


Darkness: (Con una mirada de determinación) "Yo lo haré. No tengo miedo de enfrentar a un dragón. De hecho, quiero más adrenalina. ¡Quiero algo que realmente me haga sentir viva!"


Eren: (Con una sonrisa torcida) "¿Así que estás diciendo que prefieres hacer misiones suicidas en lugar de quedarte aquí y tener una vida tranquila? Bueno, no puedo decir que me sorprenda."


Darkness: (Con una sonrisa provocativa) "Oh, Eren. Sabes que la adrenalina me excita. Y si eso significa tener que enfrentar monstruos imposibles, entonces estoy lista. ¡Vamos a hacerlo!"


Megumin: (Riendo) "Eres realmente una masoquista, Darkness. Pero está bien, estoy dentro. Eren, tú te encargarás de protegernos, ¿verdad?"


Eren: "Sí, si estoy usando mis poderes de titán, puedo manejar la mayoría de las situaciones. Pero tenemos que ser cuidadosos. No podemos ser imprudentes."


(Después de aceptar la misión, el grupo se prepara para salir. La atmósfera es eléctrica, llena de emoción y ansiedad.)


(Más tarde, en el campamento después de una larga y peligrosa misión, Eren y Darkness se encuentran a solas.)


Darkness: (Con una mirada ardiente) "Eren, lo que hicimos hoy... fue increíble. No puedo dejar de pensar en la adrenalina. Me encanta la manera en que peleamos juntos."


Eren: (Con una sonrisa divertida) "¿Y cómo planeas descargar toda esa adrenalina? Porque me da la impresión de que no será con un simple descanso."


Darkness: (Acercándose a él, con una mirada intensa) "No, no será solo un descanso. Quiero... explorar más. Quiero que hagamos cosas que nunca imaginé hacer. Quiero que... me lleves al límite."


Eren: (Sintiendo la intensidad de sus palabras) "¿Te refieres a…?"


Darkness: (Sonrojándose pero manteniendo su mirada fija) "Sí. Quiero que lo hagamos más… intenso. Quiero que me muestres lo que es ser realmente dominada. ¿Puedes hacer eso?"


Eren: (Con una sonrisa nerviosa, pero intrigada) "Uh… seguro. Pero recuerda, estoy aquí para cuidarte, no para hacerte daño."


Darkness: (Con una sonrisa traviesa) "No te preocupes. Solo quiero que me lleves al borde. Estoy lista para cualquier cosa."


(A medida que la noche avanza, ambos se entregan a la pasión y la adrenalina, mezclando la emoción de sus misiones con la intimidad de su relación.)


(Cada noche, después de completar misiones que casi nadie se atrevería a aceptar, Darkness le pide a Eren que lleve su relación a niveles más intensos, desafiando sus propios límites y llevando su conexión a nuevas alturas.)


Eren: (Mientras se recuperan de una noche intensa) "Esto se está volviendo bastante intenso. ¿Estás segura de que estás lista para esto?"


Darkness: (Con una sonrisa satisfecha) "Cada noche se siente mejor. No me detendré hasta que estemos al borde de lo imposible. ¡Vamos por más!"


(Con un renovado sentido de desafío y deseo, Eren y Darkness se preparan para afrontar lo que les espera, tanto en el campo de batalla como en la intimidad de sus noches compartidas.)

(Eren está sentado en la mesa, leyendo una carta que ha recibido de Historia, mientras Darkness está organizando algunas cosas en la casa.)


Eren: (Sonriendo mientras lee la carta) "¡Vaya! Historia dice que está muy feliz en Arcanretia. ¡Y parece que ha hecho buenas migas con Ymir! Me alegra saber que Aqua también está bien. Mencionan que conoció a la princesa Iris de Belzerg. ¡Dice que es como Darkness, pero mucho más joven!"


Darkness: (Sin mirar, con un tono nervioso) "Sí, eso suena… genial, Eren."


Eren: (Levantando la vista, aún sonriendo) "¡Definitivamente! Historia siempre se mereció ser feliz. ¡Me alegra que esté disfrutando su vida!"


(Justo en ese momento, Darkness entra en la habitación con una expresión asustada.)


Darkness: (Con los ojos muy abiertos) "Eren... necesito decirte algo. Es... es muy importante."


Eren: (Preocupado) "¿Qué sucede, Darkness? Te ves pálida."


Darkness: (Temblando ligeramente) "Estoy embarazada."


Eren: (Con una mezcla de sorpresa y confusión) "¿Embarazada? ¿Estás segura? ¿Lo confirmaste?"


Darkness: (Asintiendo con seriedad) "Sí, lo confirmé. Estoy... estoy embarazada de ti, Eren."


Eren: (Tragando saliva, sintiéndose abrumado) "Wow, esto es... inesperado. Pero, entonces, ¿qué vamos a hacer?"


Darkness: (Respirando hondo, como si se estuviera armando de valor) "Creo que deberíamos casarnos. En la iglesia de Eris. Es lo correcto, y quiero que nuestra familia sea unida."


Eren: (Rascándose la cabeza, un poco nervioso) "Casarnos, ¿eh? Bueno, aunque todos nuestros amigos están en la orden de Axis, supongo que no podemos dejar que eso nos detenga. Al final, somos nosotros quienes decidimos."


Darkness: (Sonriendo ligeramente, sintiéndose más aliviada) "Exacto. Podemos invitar a Historia, Ymir, Armin, Mikasa y Aqua. ¡Aunque pertenezcan a Axis, espero que vengan y nos apoyen!"


Eren: (Con una sonrisa) "Sí, estoy seguro de que vendrán. Después de todo, ellos son nuestros amigos. ¡Vamos a hacer que esta boda sea memorable!"


Darkness: (Con determinación) "¡Sí! Y yo voy a usar el vestido más hermoso que pueda encontrar. Quiero que todos vean lo feliz que soy contigo, Eren."


Eren: (Sonriendo mientras se acerca a ella) "Yo solo quiero que estés feliz, Darkness. Ahora, ¿qué te parece si empezamos a planear esto juntos?"


(Ambos se miran, llenos de emoción y nerviosismo, mientras comienzan a hablar sobre los detalles de su boda, llenando la habitación con risas y un nuevo sentido de propósito.)Escena siguiente – En la casa de Eren y Darkness, después de su matrimonio y el nacimiento de su hijo


(Eren está en la cocina, preparando algo mientras Darkness juega con su hijo en la sala. Eren la observa con una sonrisa, pero nota que ha ganado algo de peso desde el nacimiento del niño.)


Eren: (Con una mirada reflexiva) "Hmm, parece que Darkness ha estado disfrutando un poco demasiado de la comida últimamente. No que me queje, pero..."


(En ese momento, Vanir aparece en la entrada de la cocina con una sonrisa astuta.)


Vanir: "¡Hola, Eren! He oído que te has convertido en un papá. Felicidades. Pero parece que también has notado algunos cambios en tu esposa."


Eren: (Sorprendido) "Vanir, ¿qué haces aquí? Y sí, he notado que Darkness ha ganado un poco de peso... ¿tú qué piensas de eso?"


Vanir: (Con una sonrisa pícara) "Ah, eso puede ser un tema interesante. Tengo algo que podría ayudarte. Se trata de esta poción." (Saca una pequeña botella con un líquido brillante.)


Eren: (Mirando la botella con desconfianza) "¿Qué es eso? ¿Qué tiene que ver con Darkness?"


Vanir: "Esta poción hará que Darkness engorde, pero con su consentimiento, por supuesto. Una vez que alcance cierto peso, podrá experimentar algunas de sus fantasías más... 'deliciosas'." (Guiña un ojo.)


Eren: (Frunciendo el ceño) "¿Y tú crees que eso es una buena idea? No sé, Vanir. No quiero que se sienta mal con su cuerpo."


Vanir: (Encogiéndose de hombros) "Es solo una opción, Eren. Si Darkness lo acepta, puede ser emocionante para ambos. A veces, cambiar las cosas puede llevar a nuevas experiencias. Solo tienes que hablar con ella."


Eren: (Suspira, aún dudoso) "No sé... quiero que Darkness esté feliz, pero también quiero que se sienta bien consigo misma."


(Justo entonces, Darkness entra en la cocina, luciendo feliz y con su hijo en brazos.)


Darkness: (Sonriendo) "¿De qué están hablando, chicos?"


Eren: (Tratando de ser casual) "Oh, nada importante. Solo... algunas cosas sobre la vida familiar."


Vanir: (Con una sonrisa traviesa) "Eren estaba comentando lo feliz que eres, Darkness. Pero quizás deberías considerar una pequeña 'ayuda' para aumentar esa felicidad, ¿verdad?"


Darkness: (Con curiosidad) "¿Ayuda? ¿A qué te refieres?"


Vanir: "Esta poción podría permitirte explorar algunas nuevas fantasías. Podría ser divertido, ¿no crees?" (Levanta la botella.)


Darkness: (Mirando la botella y luego a Eren) "¿Qué opinas, Eren? ¿Debería intentarlo?"


Eren: (Dudando, pero viendo la emoción en los ojos de Darkness) "Si es algo que realmente quieres... y si te haría feliz, entonces creo que deberías considerarlo."


Darkness: (Sonriendo, decidida) "Sí, quiero hacerlo. Siempre he querido experimentar más con nuestras... actividades." (Le guiña un ojo a Eren.)


Vanir: "¡Perfecto! Entonces, aquí vamos." (Le entrega la botella a Darkness.)


(Darkness toma la poción y sonríe, sintiéndose emocionada por lo que vendrá. Eren observa, sintiéndose un poco nervioso pero emocionado por las nuevas posibilidades.)


Eren: (Con una sonrisa tímida) "Entonces, supongo que esto va a ser... interesante."


Darkness: (Con una sonrisa pícara) "Definitivamente. ¡Estoy lista para lo que venga!"


(Ambos se miran con complicidad, mientras Vanir se retira, dejando la escena llena de una mezcla de emoción y anticipación por lo que está por venir.)

Final del Fanfic – La Ruta de Darkness Obesa


(Han pasado varios meses desde que Darkness tomó la poción de Vanir, y ha ganado bastante peso. La casa de Eren y Darkness está llena de risas y caos con su hijo, mientras Darkness disfruta de su nueva apariencia y de las "aventuras" que ha estado compartiendo con Eren.)


(Una mañana, Eren y Darkness están en la cocina, preparando el desayuno. Darkness, ahora un poco más voluptuosa, se mueve con confianza y una sonrisa en el rostro.)


Eren: (Sonriendo mientras fríe unos huevos) "¿Sabes? Nunca pensé que disfrutarías tanto de esto. Te ves feliz."


Darkness: (Con una sonrisa pícara) "¡Claro! Me siento increíble. Y gracias a la poción de Vanir, puedo explorar mis fantasías más liberadas. ¡Y Eren, tú has estado increíble en todo esto!"


Eren: (Riendo) "Bueno, he hecho lo que he podido. Aunque, tengo que admitir que a veces es un poco... desafiante." (Se refiere a los momentos de "aventura" que han tenido en casa.)


(Darkness se acerca a Eren, rodeándolo con los brazos y sonriendo de manera coqueta.)


Darkness: "Quizás deberíamos hacer algo especial hoy. Después de todo, ahora que tengo esta nueva figura, hay muchas cosas que quiero probar contigo."


Eren: (Con una expresión intrigada) "¿Como qué?"


Darkness: (Con un brillo travieso en los ojos) "Oh, ya sabes, cosas más atrevidas. Después de todo, siempre soñé con ser una heroína más... ¡grande!" (Hace un gesto exagerado, riendo.)


(Ambos se ríen, disfrutando del momento. Sin embargo, un golpe en la puerta interrumpe su diversión. Eren se dirige a abrir, encontrándose con Vanir en el umbral.)


Vanir: (Con una sonrisa burlona) "¡Hola, pareja! Vine a ver cómo va la vida de los felices padres y, claro, cómo ha progresado mi experimento." (Mira a Darkness con una expresión de satisfacción.)


Darkness: (Riéndose) "¡Nos va de maravilla, gracias! Eren ha sido un gran compañero en todo esto."


Vanir: "Me alegra escuchar eso. Sin embargo, como tu 'socio' en este pequeño proyecto, tengo algunas sugerencias para hacer que la experiencia sea aún más... divertida."


Eren: (Con una mezcla de curiosidad y preocupación) "¿Qué tipo de sugerencias?"


Vanir: "He estado trabajando en una nueva fórmula. Esta vez, no solo aumentará el peso, sino que también potenciará la fuerza y la resistencia. Podría hacer que Darkness se sienta como una verdadera guerrera, ¡y en la cama también!"


(Darkness se entusiasma al escuchar esto, mientras Eren mira a Vanir con desconfianza.)


Eren: "No sé... Siempre que sea consensuado, está bien, pero no quiero que esto se vuelva... excesivo."


Darkness: (Sonriendo) "Eren, confía en mí. Quiero explorar y ser más fuerte. Además, siempre has estado a mi lado, ¿no? Esto solo nos unirá más."


(Eren suspira, sintiéndose un poco abrumado pero también intrigado.)


Eren: "Está bien. Si eso es lo que realmente quieres, lo haré contigo."


(Vanir sonríe, contento de que ambos estén dispuestos a seguir con sus planes. Sin embargo, antes de que pueda proseguir, el pequeño hijo de Eren y Darkness entra corriendo a la cocina.)


Hijo: "¡Papá, mamá! ¡Mira lo que encontré!" (Sostiene un libro de cuentos sobre héroes y aventuras.)


Darkness: (Agachándose a la altura de su hijo) "¿Qué has encontrado, pequeño guerrero?"


Hijo: "¡Una historia sobre una heroína que se convirtió en la más fuerte del mundo! ¡Quiero ser como ella!"


Eren: (Mirando a Darkness con una sonrisa) "Parece que tenemos un nuevo héroe en la familia."


Darkness: (Sonriendo con orgullo) "Y yo seré la mejor madre y heroína que pueda ser, por ti y por Eren."


(Vanir observa con una sonrisa satisfecha, y aunque su papel como el 'villano' en la vida de Eren y Darkness es divertido, no puede evitar sentir que, en el fondo, son verdaderamente felices.)


(La escena se cierra con el grupo disfrutando de un cálido desayuno familiar, riendo y soñando sobre las nuevas aventuras que les esperan, sabiendo que enfrentarán todo juntos.)


FIN.

6/10/24

El Chavo y Quico en Konosuba by mistral.ai

 En un día soleado y lleno de risas, los niños de la vecindad se reunieron para una de sus famosas carreras de coches de madera. El Chavo, con su eterna sonrisa y su ingenio, y Quico, con su inconfundible peinado y su actitud de niño rico, se preparaban para la competencia. Los coches, hechos de madera y ruedas viejas, no eran precisamente ejemplos de ingeniería, pero para ellos, eran máquinas de carreras.

La señal de salida fue dada y los coches comenzaron a rodar por la calle empedrada. El Chavo, con su chipote chillón en mano, gritaba de emoción mientras Quico, con su cara de concentración, intentaba mantener el control de su vehículo. La carrera iba bien hasta que, de repente, un camión apareció en la esquina.

El choque fue inevitable. Los coches de madera no eran rival para el enorme camión. En un instante, todo se volvió oscuro.


El Chavo abrió los ojos lentamente, sintiendo una extraña paz a su alrededor. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en un lugar completamente diferente. No había casas, ni vecindad, ni siquiera el olor a churros de la Doña Florinda. En su lugar, había un jardín lleno de flores y una luz suave que lo envolvía todo.

"¿Dónde estoy?" se preguntó el Chavo, rascándose la cabeza.

De repente, una figura apareció frente a él. Era una mujer de cabello azul y ojos brillantes, vestida con una túnica blanca. "Hola, Chavo. Soy Aqua, la diosa del agua. Bienvenido al más allá."

El Chavo parpadeó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. "¿El más allá? ¿Qué pasó?"

Aqua suspiró y le explicó con suavidad. "Tuviste un accidente con Quico. El camión... no pudieron evitarlo."

El Chavo sintió un nudo en la garganta. "¿Y Quico? ¿Está bien?"

"Quico también está aquí," respondió Aqua. "Pero no te preocupes, tengo una propuesta para ti. Puedes elegir entre tres opciones: ir al cielo y descansar en paz, reencarnar como un bebé en la Tierra, o reencarnar en un mundo de fantasía donde podrás luchar contra el Rey Demonio. Si logras derrotarlo, recibirás un deseo."

El Chavo se quedó pensativo. "¿Un mundo de fantasía? ¿Y Quico?"

"Quico también puede elegir," dijo Aqua. "Pero antes de que tomes una decisión, déjame mostrarte algo."

Aqua chasqueó los dedos y una imagen apareció frente a ellos. Era Don Ramón, sentado en la vecindad, con lágrimas en los ojos. "¡Ay, Chavo! ¡Qué voy a hacer sin ti!" decía, sollozando.

El Chavo sintió una punzada en el corazón. "Don Ramón... ¿está sufriendo por mí?"

"Sí," respondió Aqua. "Pero tienes la oportunidad de hacer algo grande. ¿Qué decides?"

El Chavo miró a Aqua con una mezcla de curiosidad y esperanza. "¿Entonces, si derroto al Rey Demonio, puedo pedir cualquier deseo?"

Aqua asintió. "Sí, Chavo. Legalmente no puedo revivirte, pero si logras derrotar al Rey Demonio, tendrás derecho a un deseo. Podrías pedir volver a la vida si así lo deseas."

El Chavo se rascó la cabeza, pensativo. "Pero, ¿cómo voy a sobrevivir en un mundo de fantasía? Soy solo un niño mexicano."

Aqua sonrió con comprensión. "No te preocupes, Chavo. Te pondremos todo el lenguaje y las habilidades necesarias en tu mente. Podrás llevarte lo que quieras para ayudarte en tu misión."

El Chavo abrió los ojos con emoción. "¿Lo que quiera? ¡Entonces quiero una torta de jamón!"

Aqua parpadeó, sorprendida, pero luego sonrió con ternura. "Está bien, Chavo. Aquí tienes tu torta de jamón." Con un chasquido de dedos, una deliciosa torta de jamón apareció en las manos del Chavo. "Pero recuerda, esto no cuenta como tu deseo. Elige algo mejor para tu misión."

El Chavo mordió la torta con gusto y luego pensó un momento. "¡Ya sé! Quiero el chipote chillón del Chapulín Colorado. Es mi superhéroe favorito."

Aqua asintió y, con otro chasquido de dedos, el chipote chillón apareció en las manos del Chavo. "Muy bien, Chavo. Ahora estás listo para tu aventura."

Aqua guió al Chavo hacia una puerta brillante que parecía llevar a otro mundo. "Valiente héroe, rezaré para que seas el héroe que venza al Rey Demonio. Hazlo y te recompensaremos."

Justo cuando el Chavo estaba a punto de cruzar la puerta, se detuvo y miró a Aqua con curiosidad. "Oye, Aqua, ¿dónde está San Pedro? ¿Y qué pasa con Jesucristo?"

Aqua se quedó en silencio por un momento, tratando de encontrar una respuesta. "Eh... bueno, Chavo, es una historia larga y complicada. Pero no te preocupes por eso ahora. Concéntrate en tu misión."

Antes de que el Chavo pudiera hacer más preguntas, Aqua lo empujó suavemente hacia la puerta brillante. El Chavo cruzó el umbral y desapareció en un destello de luz.

Aqua suspiró aliviada, tranquilizándose al saber que había evitado responder esa pregunta. Miró su lista y vio que el siguiente en atender era Quico. "Bueno, veamos qué quiere este niño rico," murmuró para sí misma, preparándose para la siguiente aventura

Aqua se preparó para recibir al siguiente en la lista: Quico. Con un suspiro, se acercó a la puerta brillante y la abrió, revelando a un Quico confundido y asustado.

"¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?" preguntó Quico, mirando a su alrededor con desconfianza.

Aqua le sonrió con comprensión. "Hola, Quico. Soy Aqua, la diosa del agua. Bienvenido al más allá."

Quico parpadeó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. "¿El más allá? ¿Qué pasó?"

Aqua suspiró y le explicó con suavidad. "Tuviste un accidente con el Chavo. El camión... no pudieron evitarlo."

Quico sintió un nudo en la garganta. "¿Y el Chavo? ¿Está bien?"

"El Chavo también está aquí," respondió Aqua. "Pero no te preocupes, tengo una propuesta para ti. Puedes elegir entre ir al cielo y descansar en paz, o reencarnar en un mundo de fantasía donde podrás luchar contra el Rey Demonio. Si logras derrotarlo, recibirás un deseo."

Quico se quedó pensativo. "¿Un mundo de fantasía? ¿Y el Chavo?"

"El Chavo ya eligió," dijo Aqua. "Pero antes de que tomes una decisión, déjame mostrarte algo."

Aqua chasqueó los dedos y una imagen apareció frente a ellos. Era el Profesor Jirafales, sentado en la vecindad, con lágrimas en los ojos. "¡Ay, Quico! ¡Qué voy a hacer sin ti!" decía, sollozando. A su lado, Doña Florinda lloraba desconsoladamente. "¡Mi Quico! ¡Mi niño!"

Quico sintió una punzada en el corazón. "Mamá... nunca la había visto tan triste."

Aqua asintió con comprensión. "Puedes elegir ir al cielo, pero allí no podrás hacer nada por ellos. O puedes elegir ir a un mundo de fantasía y, si derrotas al Rey Demonio, podrás pedir un deseo."

Quico miró la imagen de su madre y luego a Aqua. "¿Y el Chavo? ¿Por aquí pasó el Chavo?"

Aqua sonrió. "Sí, el Chavo ya eligió ir al mundo de fantasía. Puedes elegir lo mismo y llevarte un objeto poderoso o un gran poder mágico."

Quico se rascó la cabeza, pensativo. "¿Y qué se llevó el Chavo?"

Aqua suspiró. "Primero se quiso llevar una torta de jamón."

Quico abrió los ojos con emoción. "¡Entonces yo quiero dos tortas de jamón!"

Aqua se enojó. "¡No puedes pedir eso! ¡Debes elegir algo que te sea útil!"

Quico hizo una mueca de decepción. "Bueno, entonces quiero... ¡TORTA INMEDIATA, UNA TORTA, MEDIA TORTA, UN CUARTO DE TORTA!" Terminó con un "ME DOY" y una sonrisa traviesa.

Aqua se desesperó y decidió mostrarle algunos objetos mágicos. "Mira, Quico, aquí tienes algunos objetos que podrías llevarte: un espantasuegras, una trompeta, un embudo, un gorro, confeti..."

Quico comenzó a jugar con los objetos, usándolos de manera incorrecta y haciendo que los efectos se volvieran contra Aqua. El espantasuegras le dio un golpe en la cabeza, la trompeta emitió un sonido ensordecedor que la hizo taparse los oídos, el embudo se llenó de agua y se derramó sobre ella, y el gorro le cayó en la cara. Finalmente, Quico tomó el confeti y lo rompió, haciendo que Aqua se enojara aún más.

"¡Quico! ¡Ese objeto me gustaba!" gritó Aqua, desesperada.

Quico sonrió con picardía. "Ya sé qué me voy a llevar."

Aqua, al borde de la desesperación, preguntó: "¿Qué?"

Quico se puso serio y dijo: "Me llevaré algo mejor que lo que se llevó el Chavo. Quiero las armas del Chapulín Colorado. ¡Todas menos el chipote chillón, porque ese ya se lo llevó el Chavo!"

Aqua suspiró aliviada y, con un chasquido de dedos, las armas del Chapulín Colorado aparecieron frente a Quico. "Muy bien, Quico. Ahora estás listo para tu aventura. Valiente héroe, rezaré para que seas el héroe que venza al Rey Demonio. Hazlo y te recompensaremos."

El Chavo y Quico se encontraron en medio de un bosque mágico, rodeados de árboles gigantes y criaturas extrañas. Ambos se miraron con sorpresa y alegría.

"¡Chavo!" exclamó Quico, corriendo hacia él.

"¡Quico!" respondió el Chavo, abrazándolo con fuerza. "¡Qué bueno que estás aquí!"

Se separaron y se miraron con curiosidad. "¿Tú también hablaste con esa chica, Aqua?" preguntó Quico.

El Chavo asintió. "Sí, me dijo que si derrotamos al Rey Demonio, podremos pedir un deseo y volver a la vecindad."

Quico sonrió con arrogancia. "A mí también me ofreció lo mismo. Y me dio estas armas del Chapulín Colorado. ¡Mira!"

El Chavo abrió los ojos con asombro al ver las armas. "¡Qué chido! Yo me llevé el chipote chillón."

Quico se rió. "¡Qué bueno que no pedimos lo mismo! Ahora, ¿qué hacemos?"

El Chavo se rascó la cabeza, pensativo. "Bueno, el profesor Jirafales siempre nos contaba cuentos de aventureros. Dijo que cuando llegaban a un lugar nuevo, siempre se registraban en un gremio."

Quico asintió. "Sí, eso suena bien. Pero, ¿cómo encontramos un gremio?"

El Chavo miró a su alrededor y vio a una anciana caminando por el sendero. "¡Mira, Quico! Vamos a preguntarle a esa señora."

Se acercaron a la anciana, quien los miró con curiosidad. "Hola, señora," dijo el Chavo con su típica sonrisa. "¿Podría decirnos dónde podemos encontrar un gremio de aventureros?"

La anciana sonrió y respondió en un idioma que, para su sorpresa, ambos entendieron perfectamente. "Claro, jovencitos. Sigan este camino hasta llegar a la ciudad. Allí encontrarán el gremio de aventureros."

El Chavo y Quico se miraron con asombro. "¡Hablamos el idioma del lugar!" exclamó el Chavo.

Quico se rió. "¡Qué bueno que Aqua nos puso el idioma en la cabeza! Aunque no le prestamos mucha atención."

La anciana los miró con curiosidad. "¿Aqua? ¿Conocen a la diosa del agua?"

El Chavo asintió. "Sí, ella nos envió aquí. Nos dijo que si derrotamos al Rey Demonio, podremos pedir un deseo."

La anciana sonrió con aprobación. "Entonces, jovencitos, tienen una gran misión por delante. Les deseo mucha suerte. Sigan el camino y encontrarán lo que buscan."

El Chavo y Quico agradecieron a la anciana y siguieron el camino que les indicó. Mientras caminaban, hablaban emocionados sobre sus nuevas habilidades y objetos mágicos.

"Oye, Chavo, ¿crees que podamos usar estas armas para derrotar al Rey Demonio?" preguntó Quico, jugando con una de las armas del Chapulín Colorado.

El Chavo sonrió. "Claro, Quico. Con nuestras habilidades y estos objetos, seguro que podemos. Además, tenemos que volver a la vecindad y ver a Don Ramón y al profesor Jirafales."

Quico asintió con determinación. "Sí, y a mi mamá. No quiero que esté triste."

El Chavo le dio una palmada en la espalda. "No te preocupes, Quico. Juntos podemos hacerlo."

Siguieron caminando, llenos de esperanza y determinación. El bosque mágico se abrió ante ellos, revelando una ciudad llena de vida y aventuras. El Chavo y Quico se miraron con una sonrisa, sabiendo que su viaje apenas comenzaba.

El Chavo y Quico llegaron a la ciudad de Axel, un lugar lleno de vida y aventuras. Siguiendo el consejo de un aventurero, se dirigieron al gremio de aventureros, un edificio imponente con un letrero que decía "Gremio de Aventureros de Axel".

"¡Wow, mira qué grande es este lugar!" exclamó el Chavo, mirando el edificio con asombro.

Quico, con su actitud presumida, se encogió de hombros. "Bueno, no es tan grande como mi casa, pero está bien."

Entraron al gremio y se encontraron con una recepción llena de aventureros de todo tipo. Se acercaron al mostrador, donde una recepcionista los miró con curiosidad.

"Hola, ¿en qué puedo ayudarlos?" preguntó la recepcionista.

El Chavo sonrió con timidez. "Hola, señorita. Queremos ser aventureros."

La recepcionista asintió. "Claro, pero primero necesitan pagar la cuota de inscripción. Son 1000 eris."

El Chavo y Quico se miraron con sorpresa. "¿1000 eris? Pero no tenemos dinero," dijo el Chavo, rascándose la cabeza.

Quico hizo una mueca de desagrado. "Yo no pienso trabajar. Soy un niño rico."

El Chavo pensó un momento. "Bueno, podría trabajar de algo que ya he hecho antes. ¿Qué tal si limpio ventanas o algo así?"

Quico negó con la cabeza. "No, Chavo. Tengo una mejor idea." Sacó un frasco de pastillas de Chiquitolina de su mochila. "Voy a vender estas pastillas. Aqua me las dio como parte del kit del Chapulín Colorado."

El Chavo miró las pastillas con curiosidad. "¿Y qué hacen?"

Quico sonrió con picardía. "Hacen que las cosas se encojan. Seguro que a los aventureros les serán útiles."

El Chavo asintió, impresionado. "¡Qué buena idea, Quico! Vamos a venderlas."

Quico se acercó a un grupo de aventureros que estaban en la recepción y les mostró las pastillas. "¡Oigan, aventureros! ¿Quieren comprar estas pastillas de Chiquitolina? ¡Hacen que las cosas se encojan!"

Los aventureros miraron las pastillas con interés. "¿Encojer cosas? Eso podría ser muy útil en ciertas aventuras," dijo uno de ellos.

Otro aventurero asintió. "Sí, recuerdo que un aventurero rojo usó algo similar hace tiempo. Casi exterminó a los sapos gigantes del campo en compañía de dos niñas magas carmesí."

El Chavo y Quico se miraron con sorpresa. "¿Un aventurero rojo? ¿Dos niñas magas carmesí?" preguntó el Chavo.

El aventurero se encogió de hombros. "Sí, fue una gran hazaña. Esas pastillas podrían ser muy útiles. ¿Cuánto cuestan?"

Quico sonrió con arrogancia. "100 eris cada una."

Los aventureros comenzaron a comprar las pastillas, impresionados por su utilidad. En poco tiempo, Quico había vendido todas las pastillas y había reunido suficiente dinero para pagar la cuota de inscripción.

"¡Mira, Chavo! ¡Ya tenemos el dinero!" exclamó Quico, mostrando las monedas con orgullo.

El Chavo sonrió, aliviado. "¡Qué bueno, Quico! Ahora podemos ser aventureros."

Se acercaron de nuevo al mostrador y le entregaron las 1000 eris a la recepcionista. "Aquí tiene, señorita. Queremos ser aventureros," dijo el Chavo.

La recepcionista asintió y les entregó dos tarjetas de aventureros. "Bienvenidos al gremio de aventureros de Axel. Aquí tienen sus tarjetas. Ahora pueden aceptar misiones y comenzar su carrera como aventureros."

El Chavo y Quico miraron sus tarjetas con emoción. "¡Qué chido! Ahora somos aventureros oficiales," dijo el Chavo.

Quico asintió con determinación. "Sí, y vamos a derrotar al Rey Demonio y volver a la vecindad. ¡Nada nos detendrá!"

El Chavo y Quico miraron sus tarjetas de aventureros con emoción. La recepcionista, Luna, les sonrió y les indicó que se acercaran a una máquina que parecía un escáner.

"Pongan sus tarjetas en el escáner y veremos sus estadísticas," dijo Luna.

El Chavo puso su tarjeta en el escáner y una pantalla se iluminó, mostrando sus estadísticas:

Nombre: El Chavo Fuerza: 5 Salud: 10 Inteligencia: 7 Poder Especial: Ninguno

El Chavo miró las estadísticas con decepción. "¿Solo 5 de fuerza? ¿Y ningún poder especial?"

Luna asintió. "Bueno, eres un niño. Pero no te preocupes, puedes mejorar tus estadísticas con el tiempo. Ahora, basado en tus estadísticas, puedes elegir entre ser aventurero, ladrón o comerciante."

El Chavo se rascó la cabeza. "¿Ladrón? Pero eso es algo malo, ¿no?"

Luna sonrió. "En este mundo, los ladrones son más como picaros o ninjas. Pero entiendo tu preocupación. ¿Qué prefieres?"

El Chavo pensó un momento. "Creo que seré aventurero. Quiero ayudar a la gente y derrotar al Rey Demonio."

Luna asintió y registró la elección del Chavo. "Muy bien, ahora es el turno de Quico."

Quico puso su tarjeta en el escáner y la pantalla se iluminó, mostrando sus estadísticas:

Nombre: Quico Fuerza: 6 Salud: 12 Inteligencia: 8 Poder Especial: Ninguno

Quico miró las estadísticas con desdén. "¿Solo 6 de fuerza? ¡Yo soy más fuerte que eso!"

Luna sonrió. "Bueno, también eres un niño. Pero puedes mejorar con el tiempo. Ahora, basado en tus estadísticas, puedes elegir entre ser aventurero, ladrón o comerciante."

Quico hizo una mueca. "¿Ladrón? Eso suena a algo malo. Y no quiero ser comerciante, eso suena aburrido."

El Chavo intervino. "Quico, ser aventurero es lo mejor. Podemos ayudar a la gente y derrotar al Rey Demonio."

Quico asintió. "Está bien, seré aventurero. Pero solo porque no quiero ser ladrón o comerciante."

Luna registró la elección de Quico y les entregó sus tarjetas actualizadas. "Muy bien, ahora son oficialmente aventureros. Pueden aceptar misiones y comenzar su carrera."

El Chavo y Quico miraron sus tarjetas con emoción. "¡Qué chido! Ahora somos aventureros oficiales," dijo el Chavo.

Quico asintió con determinación. "Sí, y vamos a derrotar al Rey Demonio y volver a la vecindad. ¡Nada nos detendrá!"

Luna les sonrió. "Buena suerte, chicos. Aquí tienen una lista de misiones disponibles. Pueden elegir la que más les guste."

El Chavo y Quico se acercaron a un tablero lleno de misiones. Había desde misiones de caza de monstruos

El Chavo y Quico se acercaron al tablero de misiones del gremio, llenos de entusiasmo. Sin embargo, a medida que leían las descripciones, sus rostros se iban desencajando.

"Mira, Quico, esta misión es para cazar dragones," dijo el Chavo, señalando una de las misiones.

Quico tragó saliva. "¿Dragones? Pero si ni siquiera tenemos armas decentes."

El Chavo continuó leyendo. "Y esta otra es para matar manticoras. ¡Y esta otra es para enseñar esgrima!"

Quico negó con la cabeza. "No podemos hacer nada de eso. Necesitamos equipamiento y experiencia."

El Chavo asintió. "Tienes razón. Vamos a comprar algunos equipos."

Se dirigieron a una tienda de equipos en la ciudad de Axel. El dueño de la tienda los miró con desconfianza. "¿Qué quieren, niños?"

El Chavo sonrió con timidez. "Queremos comprar algunos equipos para nuestras misiones."

El dueño se rió. "¿Equipos? ¿Con qué dinero? No puedo darles nada gratis."

Quico se cruzó de brazos. "Tenemos dinero. Vendimos pastillas de Chiquitolina."

El dueño los miró con sorpresa. "¿Pastillas de Chiquitolina? Bueno, muéstrenme el dinero."

Quico sacó las monedas que había ganado vendiendo las pastillas. El dueño asintió y les mostró algunos equipos básicos. "Esto es lo mejor que puedo ofrecerles con ese dinero."

El Chavo y Quico compraron algunos equipos básicos, pero sabían que necesitaban más dinero para mejorar su equipamiento. Decidieron buscar trabajo en la ciudad.

Fueron de tienda en tienda, de taberna en taberna, pero en todas partes los rechazaban por ser niños de 8 años. Al final del día, estaban cansados y desanimados.

"No podemos conseguir trabajo, Quico. ¿Qué vamos a hacer?" preguntó el Chavo, rascándose la cabeza.

Quico suspiró. "Vamos a dormir en una posada. Mañana pensaremos en algo."

Se dirigieron a una posada cercana. El posadero los miró con curiosidad. "¿Quieren una habitación?"

El Chavo asintió. "Sí, por favor."

El posadero les dio el precio y Quico sacó el dinero para pagar. Sin embargo, cuando el Chavo se acercó a la puerta de la habitación, Quico lo detuvo.

"Espera, Chavo. Este dinero es mío. Lo gané vendiendo las pastillas."

El Chavo lo miró con sorpresa. "Pero, Quico, somos un equipo. Necesitamos descansar."

Quico negó con la cabeza. "No, Chavo. No puedo pagar por ti. Tienes que conseguir tu propio dinero."

El Chavo se quedó en silencio por un momento, luego se encogió de hombros. "Está bien, Quico. Me iré a dormir a la calle."

Quico se quedó en silencio, viendo cómo el Chavo se alejaba. De repente, se dio cuenta de que no podía sobrevivir solo en ese mundo de fantasía. El Chavo tenía razón; necesitaban estar juntos.

"¡Espera, Chavo!" gritó Quico, corriendo tras él. "Está bien, pagaré por ti. No quiero que te pase nada malo."

El Chavo se detuvo y se giró hacia Quico con una sonrisa. "Gracias, Quico. Sabía que no me dejarías solo."

Quico suspiró. "Sí, sí. Vamos a dormir. Mañana pensaremos en cómo conseguir más dinero."

El Chavo y Quico regresaron a la posada y pagaron por una habitación. Se acostaron en sus camas, agotados pero aliviados de estar juntos.

"Buenas noches, Quico," dijo el Chavo, bostezando.

"Buenas noches, Chavo," respondió Quico, cerrando los ojos.

Al día siguiente, el Chavo y Quico se despertaron en la posada, listos para enfrentar un nuevo día en el mundo de fantasía. Después de asearse, decidieron ir al gremio para desayunar y planear su próximo movimiento.

Entraron en la taberna del gremio, donde el aroma de comida recién hecha llenaba el aire. El Chavo miró el menú con ojos brillantes, mientras Quico contaba sus monedas con una expresión de tacañería.

"Quico, ¿me pagas el desayuno?" preguntó el Chavo con una sonrisa inocente.

Quico lo miró con desconfianza. "¿Por qué debería pagarte el desayuno? Este dinero es mío. Lo gané vendiendo las pastillas de Chiquitolina."

El Chavo se rascó la cabeza, pensativo. "Bueno, Quico, somos un equipo. Necesitamos estar fuertes para enfrentar las misiones. Además, tú tienes más dinero que yo."

Quico negó con la cabeza. "No, Chavo. No puedo pagarte el desayuno. Tienes que conseguir tu propio dinero."

El Chavo suspiró y decidió usar su poderosa labia. "Quico, piensa en esto: si no desayuno, no tendré fuerzas para ayudarte en las misiones. Y si no te ayudo, ¿quién te va a proteger de los monstruos?"

Quico se quedó en silencio por un momento, considerando las palabras del Chavo. "Bueno, tienes razón. Pero solo esta vez."

El Chavo sonrió triunfante, pero Quico aún no estaba convencido del todo. "Espera, Chavo. ¿Y si te pago el desayuno y luego no me ayudas en las misiones?"

El Chavo se encogió de hombros. "Quico, somos amigos. No te dejaría solo. Además, ¿quién más te va a aguantar?"

Quico hizo una mueca. "Está bien, Chavo. Te pagaré el desayuno. Pero solo porque necesitamos estar fuertes para las misiones."

El Chavo asintió con satisfacción y pidió un desayuno abundante. Quico, aunque a regañadientes, pagó la cuenta. Mientras comían, el Chavo miró a Quico con una sonrisa traviesa.

"Oye, Quico, ¿te acuerdas de cuando el Profesor Jirafales nos contaba historias de aventureros? Siempre decía que el desayuno era la comida más importante del día."

Quico asintió, masticando su comida. "Sí, pero también decía que el trabajo en equipo era importante. Y tú siempre te aprovechas de eso."

El Chavo se rió. "Bueno, Quico, eso es porque soy más listo que tú. Además, si no te ayudo, ¿quién más lo hará?"

Quico suspiró. "Tienes razón, Chavo. Necesitamos trabajar juntos. Pero necesitamos encontrar misiones que nos den dinero y experiencia."

El Chavo asintió. "Sí, y también necesitamos mejorar nuestro equipamiento. No podemos enfrentar dragones y manticoras con lo que tenemos."

Quico se rascó la cabeza, pensativo. "¿Y si buscamos misiones más fáciles? Tal vez podamos encontrar algo que nos dé dinero y experiencia sin tanto peligro."

El Chavo se encogió de hombros. "Bueno, podemos intentarlo. Pero no creo que haya muchas misiones fáciles en este mundo."

Quico suspiró. "Tienes razón. Pero tenemos que intentarlo. No podemos quedarnos aquí sin hacer nada."

El Chavo asintió con determinación. "Está bien, Quico. Vamos a buscar misiones. Y si no encontramos nada, siempre podemos usar mi poderosa labia y tu estupidez para conseguir lo que necesitamos."

Quico lo miró con desconfianza. "¿Mi estupidez? ¿Qué quieres decir con eso?"

El Chavo sonrió con picardía. "Bueno, Quico, tú siempre caes en mis trampas. Y eso nos ha ayudado muchas veces."

Quico hizo una mueca. "Está bien, Chavo. Pero no te pases. Somos un equipo, ¿recuerdas?"

El Chavo asintió. "Sí, Quico. Somos un equipo. Y juntos podemos enfrentar cualquier desafío."

El Chavo y Quico se sentaron en una mesa de la taberna del gremio, listos para desayunar. El Chavo miró el menú con entusiasmo, pero su rostro se desencajó rápidamente.

"¿Qué pasa, Chavo?" preguntó Quico, notando la expresión de su amigo.

El Chavo suspiró. "No hay torta de jamón. De hecho, no hay ningún platillo que tenga vaca o cerdo. Al parecer, esos animales no existen en este planeta."

Quico hizo una mueca. "¿Qué? ¿Cómo vamos a sobrevivir sin carne? Esto es una tragedia."

El Chavo se encogió de hombros. "Bueno, tendremos que acostumbrarnos. Vamos a pedir algo que sí tengan."

Después de un desayuno decepcionante, el Chavo y Quico se dirigieron al tablero de misiones del gremio. Mientras leían los carteles, sus rostros se iban desencajando cada vez más.

"Mira, Quico, esta misión es para cazar dragones," dijo el Chavo, señalando un cartel.

Quico tragó saliva. "¿Dragones? Pero si ni siquiera tenemos armas decentes."

El Chavo continuó leyendo. "Y esta otra es para matar manticoras. ¡Y esta otra es para enseñar esgrima!"

Quico negó con la cabeza. "No podemos hacer nada de eso. Necesitamos algo más fácil."

El Chavo asintió y siguió buscando. De repente, sus ojos se iluminaron. "¡Mira, Quico! Esta misión es para cazar sapos gigantes que atacan las granjas de las afueras de la ciudad. Pagan un buen dinero por eso."

Quico se acercó para leer el cartel. "¿Sapos gigantes? Bueno, eso suena más fácil que dragones y manticoras."

El Chavo sonrió. "Sí, y además, pagan bien. Vamos a aceptar esta misión."

Quico asintió con determinación. "Está bien, Chavo. Vamos a cazar sapos gigantes."

El Chavo y Quico se dirigieron a la recepción del gremio y aceptaron la misión. Luna, la recepcionista, les entregó un mapa y algunas indicaciones.

"Buena suerte, chicos. Recuerden que estos sapos son bastante grandes," dijo Luna con una sonrisa.

El Chavo y Quico se miraron con confianza. "No te preocupes, Luna. Podemos con esto," dijo el Chavo.

Salieron del gremio y se dirigieron a las afueras de la ciudad. En el camino, el Chavo tuvo una idea. "Quico, necesitamos armas. Vamos a hacer unas resorteras."

Quico lo miró con desconfianza. "¿Resorteras? ¿Crees que eso será suficiente?"

El Chavo asintió. "Claro, Quico. Las resorteras son poderosas. Además, no tenemos nada mejor."

Buscaron materiales en el camino y, con un poco de madera y algo estirable que encontraron, construyeron unas resorteras improvisadas. Armados con sus nuevas armas, se dirigieron a las granjas.

Al llegar, se encontraron con una escena aterradora. Los sapos gigantes medían alrededor de tres metros de altura y eran capaces de comerse cabras de un lengüetazo. El Chavo y Quico se miraron con horror.

"¡Chavo, estos sapos son enormes!" exclamó Quico, temblando de miedo.

El Chavo tragó saliva. "Sí, Quico. No esperaba que fueran tan grandes."

Quico miró su resortera con desesperación. "¿Crees que estas resorteras servirán de algo?"

El Chavo se encogió de hombros. "No lo sé, Quico. Pero tenemos que intentarlo. No podemos rendirnos ahora."

Quico asintió con determinación. "Está bien, Chavo. Vamos a cazar sapos gigantes."

El Chavo y Quico se prepararon para la batalla, armados con sus resorteras y una buena dosis de valentía. Sabían que enfrentar a esos sapos sería un desafío, pero estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para completar su misión y ganar el dinero que tanto necesitaban.

El Chavo y Quico se encontraron frente a un sapo gigante, armados con sus resorteras improvisadas. El sapo, de tres metros de altura, los miraba con ojos hambrientos. El Chavo y Quico se miraron con una mezcla de miedo y determinación.

"¡Vamos, Quico! ¡Podemos hacerlo!" gritó el Chavo, lanzando una piedra con su resortera.

Quico, con manos temblorosas, también lanzó una piedra. Sin embargo, las piedras rebotaron en la piel dura del sapo sin causarle daño alguno. El sapo, enfurecido, lanzó su lengua y, en un instante, se tragó a Quico.

"¡Quico!" gritó el Chavo, horrorizado. "¡No, no, no!"

El Chavo, desesperado, buscó en su mochila y sacó el chipote chillón del Chapulín Colorado. Con un grito de guerra, activó el chipote y lo lanzó hacia el sapo. El chipote chillón emitió un sonido ensordecedor que dejó al sapo aturdido.

Aprovechando la oportunidad, el Chavo corrió hacia el sapo y, con todas sus fuerzas, golpeó su vientre. El sapo, aún aturdido, escupió a Quico, quien cayó al suelo, tosiendo y escupiendo.

"¡Quico! ¿Estás bien?" preguntó el Chavo, ayudándolo a levantarse.

Quico, pálido y tembloroso, asintió. "Sí, Chavo. Pero eso estuvo muy cerca."

De repente, más sapos gigantes aparecieron en el horizonte, avanzando hacia ellos con lenguas hambrientas. El Chavo y Quico se miraron con desesperación.

"¡No podemos con esto, Chavo! ¡Son demasiados!" exclamó Quico, temblando de miedo.

El Chavo asintió, jadeando. "Tienes razón, Quico. No podemos hacer esto solos."

Se alejaron rápidamente de los sapos y se escondieron detrás de un árbol. El Chavo se rascó la cabeza, pensativo. "Necesitamos ayuda, Quico. No podemos cumplir esta misión solos."

Quico asintió. "Sí, pero ¿quién nos va a ayudar? Somos solo dos niños de 8 años."

El Chavo sonrió con picardía. "Tengo una idea, Quico. Vamos a poner un anuncio en el gremio. Diremos que estamos reclutando gente para nuestro grupo."

Quico lo miró con desconfianza. "¿Y crees que alguien se unirá a nosotros?"

El Chavo se encogió de hombros. "Bueno, nunca se sabe. Tal vez alguien quiera unirse a nuestra aventura. Y si no, al menos habremos intentado."

Quico suspiró. "Está bien, Chavo. Vamos a poner el anuncio."

Regresaron al gremio y se dirigieron a la recepción. Luna, la recepcionista, los miró con curiosidad. "¿Qué necesitan, chicos?"

El Chavo sonrió. "Queremos poner un anuncio. Estamos reclutando gente para nuestro grupo de aventureros."

Luna asintió y les entregó un formulario. "Claro, chicos. Llenen esto y pondremos el anuncio en el tablero."

El Chavo y Quico llenaron el formulario con entusiasmo, describiendo su misión y su necesidad de ayuda. Luna colocó el anuncio en el tablero y les deseó buena suerte.

"Gracias, Luna. Esperamos que alguien se una a nosotros," dijo el Chavo con una sonrisa.

Quico asintió, aunque aún tenía sus dudas. "Sí, esperemos que alguien quiera ayudarnos."

El Chavo y Quico se sentaron en una mesa cercana, esperando con ansias a que alguien respondiera a su anuncio. Sabían que necesitaban ayuda para completar su misión y derrotar al Rey Demonio, y esperaban que alguien valiente y capaz se uniera a su equipo

Después de un largo día esperando a que alguien respondiera a su anuncio, el Chavo y Quico comenzaban a perder la esperanza. La taberna del gremio estaba llena de aventureros, pero nadie parecía interesado en unirse a dos niños de 8 años.

De repente, una figura delgada y de aspecto frágil entró en la taberna. Era una chica con una capa roja y un sombrero puntiagudo. Se acercó a la mesa donde estaban el Chavo y Quico y, con una voz dramática, se presentó:

"Aventureros, he esperado ansiosamente la llegada de aquellos que son como ustedes. Soy Megumin, la mejor archimaga de los demonios carmesíes."

El Chavo y Quico se miraron con sorpresa y confusión. Megumin, con una expresión seria, continuó:

"He venido a unirme a su grupo y ayudarles en su misión. Juntos, derrotaremos al Rey Demonio y alcanzaremos la gloria."

El Chavo parpadeó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. "¿Megumin? ¿Archimaga? ¿Demonios carmesíes? ¿Qué es todo esto?"

Quico, con su actitud presumida, se cruzó de brazos. "¿Y por qué deberíamos confiar en ti? No te conocemos."

Megumin, con una expresión de cansancio, se tambaleó ligeramente. "Lo siento, pero no he comido en días. Necesito algo de comida antes de poder ayudarles."

El Chavo, con su inocencia habitual, intervino: "¿No has comido en días? Bueno, yo solo he desayunado una vez en enero y otra en agosto. Así que no te preocupes, estamos en el mismo barco."

Megumin lo miró con una mezcla de sorpresa y compasión. "¿Solo has desayunado una vez en enero y otra en agosto? Este niño está peor que yo."

Quico, preocupado, tomó al Chavo por el hombro y susurró: "Chavo, tenemos que tener cuidado con brujas como esta. Recuerda a Doña Cleotilde, la bruja del 71. No queremos que nos convierta en sapos feos."

El Chavo asintió, recordando los cuentos de la vecindad. "Sí, Quico, tienes razón. Pero Megumin parece necesitar ayuda. Tal vez podamos ayudarnos mutuamente."

Quico hizo una mueca. "No lo sé, Chavo. No confío en brujas. Pero supongo que podemos darle una oportunidad."

El Chavo se volvió hacia Megumin. "Está bien, Megumin. Te daremos algo de comer. Pero primero, dinos más sobre ti y tus habilidades."

Megumin sonrió débilmente. "Gracias. Soy una archimaga especializada en un hechizo muy poderoso. Con mi magia, podemos enfrentar cualquier desafío."

El Chavo y Quico se miraron con curiosidad. "¿Un hechizo muy poderoso? ¿Qué hechizo es ese?" preguntó el Chavo.

Megumin, con una sonrisa misteriosa, respondió: "Es un hechizo que puede cambiar el curso de cualquier batalla. Pero primero, necesito comer algo."

El Chavo y Quico asintieron y pidieron comida para Megumin. Mientras esperaban, el Chavo y Quico discutieron en voz baja sobre la posibilidad de que Megumin fuera una bruja peligrosa.

Después de que Megumin terminara de comer, el Chavo y Quico la observaron con curiosidad. Megumin, con una sonrisa misteriosa, comenzó a hablar con frases de caricatura que impresionaron a los dos niños.

"¡Soy Megumin, la mejor archimaga de los demonios carmesíes! ¡Mi magia es tan poderosa que puede cambiar el curso de cualquier batalla!"

El Chavo y Quico se miraron con asombro. "¿Demonios carmesíes? ¿Magia poderosa? ¡Eso suena increíble!" exclamó el Chavo.

Quico, aunque aún desconfiado, asintió. "Bueno, si realmente eres tan poderosa, podrías ser de gran ayuda."

El Chavo sonrió. "Sí, Quico. Creo que deberíamos incluirla en nuestro grupo. Necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir."

Quico suspiró. "Está bien, Chavo. Pero tenemos que estar alerta. No queremos terminar como sapos feos."

Megumin sonrió con satisfacción. "Gracias por confiar en mí. Juntos, derrotaremos al Rey Demonio y alcanzaremos la gloria."

Con su nuevo miembro en el grupo, el Chavo, Quico y Megumin se dirigieron a las afueras de la ciudad para cazar un sapo gigante. Al llegar al lugar, se encontraron con un sapo de tres metros de altura, listo para atacar.

Megumin se adelantó y comenzó a recitar su hechizo de explosión. "¡Explosión! ¡Explosión! ¡Explosión!" cantaba, mientras el Chavo y Quico la miraban con asombro.

"¡Chavo, Quico! Necesito que distraigan al sapo mientras recito mi hechizo. Tardará unos minutos," dijo Megumin con determinación.

El Chavo y Quico asintieron y comenzaron a lanzar piedras con sus resorteras para distraer al sapo. Sin embargo, Quico comenzó a impacientarse.

"¿Cuánto tiempo más va a tardar? ¡Este sapo es enorme!" exclamó Quico, frustrado.

El Chavo trató de calmarlo. "Quico, ten paciencia. Megumin dijo que su hechizo es muy poderoso."

Quico hizo una mueca. "Si realmente eres una maga carmesí, a ver, haz desaparecer ese sapo," dijo, desafiando a Megumin.

El Chavo defendió a Megumin. "Quico, no seas impaciente. Es una varita mágica, no una bomba atómica."

Justo en ese momento, Megumin terminó de recitar su hechizo y una explosión ensordecedora resonó en el aire. El sapo gigante fue completamente destruido, dejando solo un cráter en su lugar.

El Chavo y Quico se quedaron boquiabiertos, impresionados por el poder de Megumin. Sin embargo, Megumin cayó al suelo, incapaz de moverse.

"¡Megumin! ¿Estás bien?" preguntó el Chavo, preocupado.

Quico se acercó y la examinó. "Parece que se desmayó. Tal vez deberíamos tirarla al río para que despierte."

Megumin, con voz débil, explicó: "No, no estoy desmayada. Explosión es tan fuerte que consume toda mi energía del día. Necesito que me carguen hasta la ciudad."

El Chavo y Quico se miraron con asombro. "¿Toda tu energía del día? ¡Eso es increíble!" exclamó el Chavo.

Quico asintió. "Sí, pero ¿cómo vamos a cargarla hasta la ciudad?"

El Chavo sonrió. "No te preocupes, Quico. Podemos hacerlo juntos. Megumin es parte de nuestro grupo ahora."

Con determinación, el Chavo y Quico cargaron a Megumin y comenzaron a caminar de regreso a la ciudad. Mientras caminaban, Megumin observó las armas del Chavo y Quico con curiosidad.

"Esas armas... me resultan familiares," murmuró Megumin, recordando que hace unos meses había sido salvada por el Chapulín Colorado.

El Chavo y Quico, impresionados por el poder de Megumin, aceptaron su explicación y continuaron cargándola. Megumin, por su parte, se sintió agradecida de que finalmente había encontrado un grupo que no la rechazaba por su supuesta "magia inútil de explosión".

El Chavo y Quico cargaban a Megumin de regreso a la ciudad, impresionados por el poder de su hechizo de explosión. Megumin, aunque inmóvil, comenzó a hablar con voz débil pero llena de entusiasmo.

"Hace unos meses, un aventurero me salvó de una situación muy peligrosa," dijo Megumin, recordando el encuentro con el Chapulín Colorado. "Ese aventurero usó unas pastillas mágicas para encoger a los sapos gigantes y cazarlos con facilidad."

El Chavo y Quico se miraron con sorpresa. "¿Pastillas mágicas? ¿Te refieres a las pastillas de Chiquitolina?" preguntó el Chavo, recordando las pastillas que Quico había vendido.

Megumin asintió débilmente. "Sí, esas mismas. Ese aventurero rompió el récord de más sapos gigantes cazados por un solo aventurero. Gracias a él, ahora solo quedan unos pocos sapos gigantes. Antes, venían decenas a atacar las granjas."

Quico se quedó boquiabierto. "¿En serio? ¿Y quién era ese aventurero?"

Megumin sonrió misteriosamente. "Era alguien muy especial. Pero no puedo revelar su identidad ahora. Es una sorpresa que descubrirán más adelante."

El Chavo y Quico se miraron con curiosidad y emoción. "¿Una sorpresa? ¡Qué emocionante!" exclamó el Chavo.

Quico asintió, aunque aún tenía sus dudas. "Bueno, si ese aventurero pudo hacer todo eso, tal vez nosotros también podamos. Con Megumin en nuestro grupo, tenemos una oportunidad real de derrotar al Rey Demonio."

El Chavo sonrió. "Sí, Quico. Juntos podemos hacer cualquier cosa. Y con el poder de Megumin, estamos un paso más cerca de volver a la vecindad."

Megumin, aunque inmóvil, se sintió agradecida por la aceptación y el apoyo de sus nuevos compañeros. "Gracias por confiar en mí. Juntos, alcanzaremos la gloria y derrotaremos al Rey Demonio."

El Chavo y Quico continuaron cargando a Megumin, sintiéndose más motivados y esperanzados que nunca. Sabían que tenían un largo camino por delante, pero con Megumin en su equipo, se sentían capaces de enfrentar cualquier desafío.

Después de cargar a Megumin de regreso a la ciudad, el Chavo y Quico se dirigieron al gremio para cobrar la recompensa por cazar el sapo gigante. Luna, la recepcionista, los recibió con una sonrisa y les entregó una bolsa llena de monedas.

"¡Felicidades, chicos! Han completado su primera misión. Aquí tienen su recompensa," dijo Luna.

El Chavo y Quico miraron la bolsa de monedas con emoción. "¡Qué chido! Ahora tenemos dinero para mejorar nuestro equipamiento," dijo el Chavo.

Quico asintió, aunque ya tenía otros planes en mente. "Sí, pero primero necesitamos comer y descansar. Vamos a la posada."

Megumin, que había recuperado un poco de energía, los miró con desconfianza. "Esperen un momento. ¿Qué van a hacer con el dinero?"

Quico se encogió de hombros. "Bueno, necesitamos comer y dormir en una posada. No podemos seguir durmiendo en el suelo."

Megumin frunció el ceño. "¿Comer y dormir en una posada? Eso es un desperdicio de dinero. Necesitamos ahorrar para mejorar nuestro equipamiento y enfrentar misiones más difíciles."

Quico hizo una mueca. "Pero necesitamos descansar. No podemos seguir así."

Megumin negó con la cabeza. "No, no necesitamos gastar dinero en comida y hospedaje. Podemos dormir en los establos. Es gratis y nos ahorrará dinero."

El Chavo y Quico se miraron con sorpresa. "¿Dormir en los establos? ¿Estás segura, Megumin?" preguntó el Chavo.

Megumin asintió con determinación. "Sí, es la mejor opción. Necesitamos ahorrar todo el dinero posible para mejorar nuestro equipamiento. Además, los establos son cálidos y seguros."

Quico suspiró. "Está bien, Megumin. Pero solo por esta vez. No quiero dormir en los establos todos los días."

El Chavo sonrió. "Sí, Megumin tiene razón. Necesitamos ahorrar dinero para mejorar nuestro equipamiento. Vamos a los establos."

Con un poco de renuencia, el Chavo y Quico siguieron a Megumin hacia los establos. Al llegar, encontraron un lugar cálido y acogedor, lleno de heno y animales. Megumin se acomodó en un rincón y les indicó a los niños que hicieran lo mismo.

"Aquí estaremos bien. Descansen y recuperen fuerzas. Mañana tenemos que seguir con nuestras misiones," dijo Megumin.

El Chavo y Quico se acomodaron en el heno, tratando de encontrar una posición cómoda. Aunque no era lo más lujoso, sabían que Megumin tenía razón. Necesitaban ahorrar dinero para mejorar su equipamiento y enfrentar misiones más difíciles.

"Buenas noches, Megumin," dijo el Chavo, bostezando.

"Buenas noches, Chavo y Quico," respondió Megumin, cerrando los ojos.

Quico suspiró. "Buenas noches, Megumin. Espero que mañana tengamos más suerte."

Capítulo 2: La Búsqueda del Cuarto Integrante

Al día siguiente, el Chavo, Quico y Megumin se dirigieron al gremio de aventureros, listos para planear su próximo movimiento. Mientras desayunaban en la taberna del gremio, el Chavo y Quico comenzaron a discutir la posibilidad de agregar un cuarto integrante a su grupo.

"Chavo, creo que necesitamos más ayuda. Somos solo tres y las misiones son muy difíciles," dijo Quico, masticando su comida.

El Chavo asintió. "Sí, Quico. Necesitamos a alguien más. ¿Pero quién podría ser?"

Quico se rascó la cabeza, pensativo. "¿Qué tal Don Ramón? Él siempre nos ayudaba en la vecindad. Hacía de todo: carpintero, plomero, electricista..."

El Chavo sonrió al recordar a Don Ramón. "Sí, Don Ramón era muy multioficioso. Sería una gran ayuda."

Megumin, que había estado escuchando en silencio, intervino con entusiasmo. "¿Don Ramón? ¿Quién es él? Suena como alguien muy útil."

El Chavo y Quico se miraron, sin saber cómo explicar la situación. "Bueno, Megumin, Don Ramón es un amigo nuestro de... de donde venimos," dijo el Chavo, tratando de ser lo más vago posible.

Quico asintió. "Sí, pero el problema es que no podemos traerlo aquí. Él está en... en otro lugar."

Megumin frunció el ceño, confundida. "¿Otro lugar? ¿Dónde está ese lugar? ¿Por qué no pueden traerlo aquí?"

El Chavo y Quico se miraron con preocupación. No sabían cómo explicar que Don Ramón estaba en México y que México ni siquiera existía en ese planeta de fantasía.

"Bueno, Megumin, es complicado," dijo el Chavo, rascándose la cabeza. "Don Ramón está en un lugar llamado México, y México no está en este planeta."

Megumin los miró con incredulidad. "¿México? ¿Qué es México? ¿Y por qué no pueden traerlo aquí?"

Mientras esperaban en la taberna del gremio, el Chavo se levantó para ir al baño. Al regresar, se chocó con alguien en el pasillo. "¡Ay, perdón!" dijo el Chavo, frotándose la cabeza.

"¡Mira por dónde vas, mocoso!" respondió una voz familiar.

El Chavo levantó la vista y se quedó boquiabierto. "¿Don Ramón?"

Don Ramón, con su característica expresión de enojo, también se quedó sorprendido. "¿Chavo? ¿Qué haces aquí?"

El Chavo sonrió con alegría. "¡Don Ramón! ¡Qué bueno verlo! ¿Cómo llegó aquí?"

Don Ramón desvió la pregunta con una sonrisa forzada. "Bueno, Chavo, es una historia larga. Pero también me topé con esa chica llamada Aqua. Me ofreció una habilidad especial para vencer al Rey Demonio, y pedí un cuerpo invulnerable."

El Chavo se quedó impresionado. "¿Un cuerpo invulnerable? ¡Eso es increíble!"

Don Ramón asintió. "Sí, Chavo. Ahora soy más fuerte que nunca. Pero ¿qué haces tú aquí?"

El Chavo sonrió. "Bueno, Don Ramón, también morimos en nuestro mundo original. Aqua nos ofreció reencarnar aquí para cumplir una misión. Y ahora estamos tratando de derrotar al Rey Demonio."

Don Ramón asintió con comprensión. "Entiendo, Chavo. Pero ¿quiénes son tus compañeros?"

El Chavo se volvió hacia la mesa donde estaban Quico y Megumin. "Venga, Don Ramón. Le presentaré a mis amigos."

Se acercaron a la mesa y el Chavo presentó a Don Ramón. "Quico, Megumin, este es Don Ramón. Es un amigo nuestro de México."

Quico se quedó boquiabierto. "¿Don Ramón? ¿Qué hace aquí?"

Don Ramón sonrió. "Bueno, Quico, también me topé con Aqua y ahora tengo un cuerpo invulnerable."

Megumin miró a Don Ramón con curiosidad. "¿Un cuerpo invulnerable? Eso suena muy útil. Bienvenido a nuestro grupo, Don Ramón."

Don Ramón asintió. "Gracias, Megumin. Estoy listo para ayudarlos en su misión."

El Chavo, Quico y Megumin se miraron con emoción. Ahora tenían un nuevo integrante en su grupo, y con el cuerpo invulnerable de Don Ramón, se sentían más seguros que nunca.

El Chavo, Quico y Megumin se miraron con emoción. Ahora tenían un nuevo integrante en su grupo, y con el cuerpo invulnerable de Don Ramón, se sentían más seguros que nunca.

"Bueno, Don Ramón, tenemos algunas armas y poderes que podrían ser útiles," dijo el Chavo. "El Chavo tiene una réplica del chipote chillón del Chapulín Colorado, que puede noquear a cualquier ser de un golpe. Quico tiene una réplica del resto de las armas del Chapulín: antenitas de Vilín para detectar la presencia del enemigo, pastillas de chiquitolina que encojen a todo ser que las coma por una hora, y una chicharra paralizadora que al emitir una vez el pitido detiene todo movimiento alrededor de un metro de su bocina y al emitir dos veces el pitido anula el primer pitido."

Megumin se quedó impresionada. "¿En serio? ¿Tienen todas esas armas? Eso es increíble."

Quico asintió con orgullo. "Sí, Megumin. Y Megumin puede hacer una explosión, pero hacer eso la deja sin energía el resto del día."

Megumin sonrió. "Sí, esa es mi habilidad. Pero con todos estos poderes y armas, creo que podemos enfrentar cualquier desafío."

Don Ramón intervino. "Y yo tengo un cuerpo invulnerable. Nada puede hacerme daño físico."

Megumin se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar todo lo que acababa de escuchar. "¿Un cuerpo invulnerable? Eso es increíble. No esperaba nada de este grupo, pero me han sorprendido."

El Chavo, Quico y Don Ramón se miraron con satisfacción. "Sí, Megumin. Somos un grupo poderoso," dijo el Chavo.

Megumin sonrió. "Bueno, no sé si realmente vienen de otro mundo, pero con todas estas armas y poderes, creo que podemos lograr cualquier cosa. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío con ustedes."

Megumin se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar todo lo que acababa de escuchar. "¿Un cuerpo invulnerable? Eso es increíble. No esperaba nada de este grupo, pero me han sorprendido."

El Chavo, Quico y Don Ramón se miraron con satisfacción. "Sí, Megumin. Somos un grupo poderoso," dijo el Chavo.

Megumin sonrió. "Bueno, no sé si realmente vienen de otro mundo, pero con todas estas armas y poderes, creo que podemos lograr cualquier cosa. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío con ustedes."

Don Ramón, al enterarse de que se habían financiado vendiendo pastillas de chiquitolina antes de la misión del sapo, frunció el ceño. "Chavo, Quico, ¿vendieron las pastillas de chiquitolina para financiar sus misiones?"

El Chavo y Quico se miraron con culpa. "Sí, Don Ramón. Necesitábamos dinero para comprar equipamiento y pagar la posada," dijo el Chavo.

Don Ramón negó con la cabeza. "¿Y qué pasó con el dinero? ¿Lo malgastaron en comida y hospedaje?"

Quico se encogió de hombros. "Bueno, sí. Necesitábamos comer y dormir en algún lugar."

Don Ramón suspiró. "Chavo, Quico, no tienen educación financiera. Vendieron las pastillas y ahora quedan pocas. ¿Qué van a hacer cuando necesiten más? No pueden seguir malgastando el dinero así."

El Chavo y Quico bajaron la cabeza, avergonzados. "Tiene razón, Don Ramón. No pensamos en eso," dijo el Chavo.

Don Ramón continuó. "Además, ahora no tienen dinero. ¿Cómo van a financiar sus próximas misiones? Necesitan aprender a manejar el dinero de manera más responsable."

Megumin intervino, tratando de calmar la situación. "Don Ramón tiene razón. Necesitamos ser más cuidadosos con nuestros recursos. Pero no se preocupen, juntos podemos encontrar una solución."

El Chavo y Quico asintieron, agradecidos por el apoyo de Megumin. "Sí, Megumin. Tenemos que ser más responsables," dijo Quico.

Don Ramón suspiró. "Bueno, al menos ahora estamos juntos. Con mi cuerpo invulnerable y sus armas, podemos enfrentar cualquier desafío. Pero necesitamos ser más inteligentes con nuestros recursos."

El Chavo sonrió. "Sí, Don Ramón. Aprenderemos de nuestros errores y seremos más cuidadosos en el futuro."

Quico asintió. "Sí, Don Ramón. Gracias por el consejo. Ahora, ¿qué hacemos?"

Megumin sonrió. "Primero, necesitamos encontrar una manera de conseguir más dinero. Tal vez podamos aceptar misiones más sencillas para ganar algo de dinero y luego enfrentar desafíos más grandes."

Don Ramón asintió. "Sí, eso suena como un buen plan. Vamos a ver qué misiones hay disponibles en el gremio."

El Chavo, Quico, Megumin y Don Ramón se dirigieron al tablero de misiones del gremio, listos para aceptar nuevas misiones y enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Sabían que tenían un largo camino por delante, pero con su nuevo equipo y sus poderosas habilidades, se sentían capaces de lograr cualquier cosa.

El Chavo, Quico, Megumin y Don Ramón se dirigieron al tablero de misiones del gremio, listos para aceptar nuevas misiones y enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Mientras revisaban las opciones disponibles, Don Ramón decidió compartir su experiencia con los niños.

"Chavo, Quico, cuando llegué aquí, noté que Aqua no me dio dinero para que me las arreglara. Tuve que aceptar una chamba de albañil para sobrevivir," dijo Don Ramón, rascándose la cabeza.

El Chavo y Quico lo miraron con sorpresa. "¿Albañil? ¿Aquí también hay trabajos de albañil?" preguntó el Chavo.

Don Ramón asintió. "Sí, Chavo. En este mundo también necesitan construcciones y reparaciones. Así que tuve que trabajar duro para conseguir dinero."

Quico hizo una mueca. "¿Y cómo es el trabajo de albañil aquí?"

Don Ramón suspiró. "Es similar al de nuestro mundo, pero con algunas diferencias. Los materiales son diferentes y a veces hay que lidiar con criaturas extrañas. Pero es un trabajo honesto y me ha permitido sobrevivir."

Megumin, que había estado escuchando en silencio, intervino con curiosidad. "¿Criaturas extrañas? ¿Qué tipo de criaturas?"

Don Ramón se encogió de hombros. "Bueno, a veces aparecen pequeños monstruos que intentan robar materiales o causar problemas. Pero con mi cuerpo invulnerable, no tengo problemas para lidiar con ellos."

El Chavo y Quico se miraron con asombro. "¡Qué chido, Don Ramón! Eres todo un héroe," dijo el Chavo.

Don Ramón sonrió. "Gracias, Chavo. Pero ahora, necesitamos encontrar una manera de conseguir más dinero. Vamos a ver qué misiones hay disponibles."

Mientras revisaban el tablero de misiones, Don Ramón tuvo una idea. "Chavo, Quico, ¿qué tal si vienen a trabajar conmigo en una construcción? Podemos ganar algo de dinero y aprender algunas habilidades útiles."

El Chavo y Quico se miraron con duda. "¿Trabajar en una construcción? ¿Crees que podamos hacerlo?" preguntó Quico.

Don Ramón asintió con confianza. "Claro, Quico. Ustedes son niños fuertes y listos. Pueden aprender rápido. Además, necesitamos el dinero para nuestras misiones."

El Chavo sonrió. "Está bien, Don Ramón. Vamos a trabajar en la construcción. Tal vez podamos ganar algo de dinero y aprender algo nuevo."

Quico suspiró. "Está bien, Don Ramón. Pero no quiero trabajar demasiado duro."

Megumin sonrió. "No se preocupen, chicos. Yo también puedo ayudar. Tal vez no pueda hacer mucho después de usar mi hechizo, pero puedo ayudar con otras tareas."

Don Ramón asintió. "Gracias, Megumin. Juntos podemos lograr cualquier cosa. Vamos a la construcción."

El grupo se dirigió a la construcción donde Don Ramón trabajaba. Al llegar, se encontraron con un lugar lleno de actividad. Los trabajadores estaban ocupados construyendo y reparando edificios, mientras que algunos monstruos pequeños intentaban causar problemas.

Don Ramón les mostró las herramientas y les explicó las tareas que debían realizar. "Chavo, Quico, ustedes pueden ayudar a mover materiales y limpiar el área. Megumin, tú puedes ayudar a organizar las herramientas y asegurarte de que todo esté en orden."

El Chavo y Quico comenzaron a trabajar con entusiasmo, moviendo materiales y limpiando el área. Megumin, aunque no podía hacer mucho después de usar su hechizo, se dedicó a organizar las herramientas y asegurarse de que todo estuviera en orden.

Mientras trabajaban, Don Ramón se encargaba de lidiar con los monstruos pequeños que intentaban causar problemas. Con su cuerpo invulnerable, no tenía problemas para mantenerlos a raya.

El día pasó rápidamente y, al final, el grupo había ganado algo de dinero y aprendido algunas habilidades útiles. El Chavo, Quico y Megumin se sentían orgullosos de su trabajo y agradecidos por la ayuda de Don Ramón.

"Gracias, Don Ramón. Hoy aprendimos mucho y ganamos algo de dinero," dijo el Chavo con una sonrisa.

Don Ramón sonrió. "De nada, Chavo. Juntos podemos lograr cualquier cosa. Ahora, con este dinero, podemos enfrentar nuevas misiones y seguir adelante en nuestra misión de derrotar al Rey Demonio."

Quico asintió. "Sí, Don Ramón. Gracias por tu ayuda. Ahora estamos más preparados que nunca."

Megumin sonrió. "Sí, Don Ramón. Juntos somos un equipo poderoso. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío con ustedes."

El Chavo, Quico, Megumin y Don Ramón se dirigieron a la construcción donde Don Ramón trabajaba. Al llegar, se encontraron con un lugar lleno de actividad. Los trabajadores estaban ocupados construyendo y reparando edificios, mientras que algunos monstruos pequeños intentaban causar problemas.

Don Ramón les mostró las herramientas y les explicó las tareas que debían realizar. "Chavo, Quico, ustedes pueden ayudar a mover materiales y limpiar el área. Megumin, tú puedes ayudar a organizar las herramientas y asegurarte de que todo esté en orden."

El Chavo y Quico comenzaron a trabajar con entusiasmo, moviendo materiales y limpiando el área. Megumin, aunque no podía hacer mucho después de usar su hechizo, se dedicó a organizar las herramientas y asegurarse de que todo estuviera en orden.

Mientras trabajaban, Don Ramón se encargaba de lidiar con los monstruos pequeños que intentaban causar problemas. Con su cuerpo invulnerable, no tenía problemas para mantenerlos a raya.

El día pasó rápidamente y, al final, el grupo había ganado algo de dinero y aprendido algunas habilidades útiles. El Chavo, Quico y Megumin se sentían orgullosos de su trabajo y agradecidos por la ayuda de Don Ramón.

"Gracias, Don Ramón. Hoy aprendimos mucho y ganamos algo de dinero," dijo el Chavo con una sonrisa.

Don Ramón sonrió. "De nada, Chavo. Juntos podemos lograr cualquier cosa. Ahora, con este dinero, podemos enfrentar nuevas misiones y seguir adelante en nuestra misión de derrotar al Rey Demonio."

Quico asintió. "Sí, Don Ramón. Gracias por tu ayuda. Ahora estamos más preparados que nunca."

Megumin sonrió. "Sí, Don Ramón. Juntos somos un equipo poderoso. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío con ustedes."

Mientras continuaban trabajando, el Chavo y Quico se encontraron con una tarea particularmente difícil. Estaban moviendo materiales pesados cuando, de repente, el suelo cedió bajo sus pies.

"¡Ay, Chavo! ¡Nos caímos en un agujero!" gritó Quico, tratando de mantener el equilibrio.

El Chavo, que también había caído, miró a su alrededor con sorpresa. "¡Quico, estamos atrapados! ¿Cómo vamos a salir de aquí?"

Don Ramón, al escuchar los gritos, se acercó rápidamente al agujero. "¡Chavo, Quico! ¿Están bien?"

El Chavo y Quico miraron hacia arriba, aliviados de ver a Don Ramón. "¡Don Ramón, estamos atrapados! ¡No podemos salir!" exclamó el Chavo.

Don Ramón frunció el ceño, evaluando la situación. "No se preocupen, chicos. Voy a sacarlos de ahí."

Megumin, que había estado organizando las herramientas, se acercó al agujero. "¿Qué pasó? ¿Están bien?"

Don Ramón asintió. "Sí, Megumin. Se cayeron en un agujero. Voy a necesitar tu ayuda para sacarlos."

Megumin asintió con determinación. "Claro, Don Ramón. ¿Qué necesitas que haga?"

Don Ramón pensó por un momento. "Necesitamos una cuerda fuerte y algo para anclarla. Vamos a bajar la cuerda y sacarlos de ahí."

Megumin asintió y rápidamente buscó una cuerda y algo para anclarla. Mientras tanto, Don Ramón se aseguró de que el agujero no se derrumbara más.

"¡Chavo, Quico! Vamos a bajar una cuerda. Agárrense fuerte y los sacaremos de ahí," dijo Don Ramón.

El Chavo y Quico asintieron, aliviados de que Don Ramón y Megumin estuvieran ahí para ayudarlos. La cuerda fue bajada y, con cuidado, el Chavo y Quico se agarraron a ella. Don Ramón y Megumin tiraron con todas sus fuerzas, logrando sacar a los niños del agujero.

Una vez fuera, el Chavo y Quico se sacudieron el polvo y miraron a Don Ramón y Megumin con gratitud. "Gracias, Don Ramón. Gracias, Megumin. Nos salvaron," dijo el Chavo.

Quico asintió. "Sí, gracias. No sé qué habríamos hecho sin ustedes."

Don Ramón sonrió. "No se preocupen, chicos. Juntos podemos enfrentar cualquier desafío. Ahora, vamos a seguir trabajando y ganar más dinero para nuestras misiones."

Megumin sonrió. "Sí, Don Ramón. Juntos somos un equipo poderoso. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío con ustedes."

Mientras continuaban trabajando, el Chavo y Quico se encontraron con una nueva tarea. Estaban ayudando a mezclar yeso para las paredes cuando el Chavo, con su inocencia habitual, se acercó a un cubo lleno de yeso y lo olió.

"¡Quico, mira! ¡Esto huele a leche de burra!" exclamó el Chavo, señalando el yeso.

Quico se acercó y también olió el yeso. "¿Leche de burra? ¿Estás seguro, Chavo?"

El Chavo asintió con entusiasmo. "Sí, Quico. Huele igual que la leche de burra que tomábamos en la vecindad."

Don Ramón, que estaba cerca, escuchó la conversación y se acercó con una expresión de desconcierto. "Chavo, Quico, eso no es leche de burra. Es yeso para las paredes."

El Chavo y Quico se miraron con sorpresa. "¿Yeso? ¿Qué es eso?" preguntó el Chavo.

Don Ramón suspiró. "El yeso es un material que se usa para construir y reparar paredes. No es comestible."

Megumin, que también había escuchado la conversación, se acercó con curiosidad. "¿Leche de burra? ¿Qué es eso?"

El Chavo y Quico se miraron y rieron. "Es una bebida que tomábamos en la vecindad. Pero parece que aquí no existe," dijo Quico.

Megumin sonrió. "Entiendo. Bueno, chicos, sigamos trabajando. Tenemos que terminar esta tarea."

El Chavo y Quico asintieron y continuaron mezclando el yeso, aunque ahora con más cuidado y sin intentar olerlo de nuevo. Mientras trabajaban, Don Ramón les daba instrucciones y les mostraba cómo aplicar el yeso en las paredes.

"Chavo, Quico, asegúrense de que el yeso esté bien mezclado antes de aplicarlo. Y tengan cuidado de no mancharse demasiado

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